Drama


 

 

Sonata de otoño

Por: Atilio Tustali

Un texto de Bergman interpretado genialmente, una dirección justa, un duelo que no da tregua y un mensaje desolador sobre los vínculos de sangre son los componentes de esta propuesta.


Un texto de Bergman interpretado genialmente, una dirección justa, un duelo que no da tregua y un mensaje desolador sobre los vínculos de sangre son los componentes de esta propuesta.

 

Charlotte es una gran concertista que se ha dedicado de lleno a su carrera. Luego de mucho tiempo decide pasar algunos días con su hija; la sangre las une y el amor las separa. El espectador irá viendo cómo se transforma esa formal bienvenida amable y cariñosa en una batalla sin ganadores, un volcán que deja caer sin piedad gotas de lava sobre un lienzo de seda.

Ingmar Bergman ofrece un texto de gran calidad, confeccionado a fines de la década del 70 para cine y que luego fue versionado para el género teatral. Habla del desamor, pero fundamentalmente de lo poco que se puede hacer cuando uno ha recibido ese desamor. ¿Cuánto puede hacerse para incorporar lo que no se le ha brindado, lo que uno desconoce, para aportar al vínculo con los cercanos o con su descendencia?

Daniel Veronese dirige este material aportándole su firma, un estilo propio e identificable de mostrar un texto, un carácter que le aporta una sensibilidad mayor a lo que las palabras dicen, como así también el tono de actuación brindada por Cristina Vanegas, María Onetto, Luis Ziembrowski y Natacha Córdoba, donde claramente se ve la mano de Veronese y la orientación que le da a este elenco. Trabajo tras trabajo produce una superación en su modo de dar arte al público. Considero que es una de las grandes propuestas de nuestras artes, pecado es no verla.

 

Teatro El Picadero. Pasaje Discépolo 1857. Jueves a sábados a las 22:30. Domingos a las 21:45.

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