Fotogalerí­a


 Fototeca Latinoamericana (FoLa)

 

Godoy Cruz 2626. Lunes a domingo de 12 a 20. Miércoles cerrado.

Hasta el 12 de junio. www.fola.com.ar


Machu Picchu: Incas y fotógrafos

Por: Marta Cotty

La Fototeca Latinoamericana (FoLa), primer espacio dedicado exclusivamente a la fotografía histórica y contemporánea, ofrece esta interesante exposición de momentos de la ciudad sagrada.


Machu Picchu supone una arqueología del misterio. Nadie puede explicar muy bien cómo se ha construido esa ciudad tan cerca de las nubes, de dónde nació su perfecta arquitectura, cómo lograron levantarla hace tanto tiempo y con qué tecnologías.

Ese mágico territorio de piedra, niebla y silencio fue fotografiado millones de veces desde que se organizó como un circuito turístico.

Esta muestra tiene una particularidad, un interesante guión histórico que permite la recuperación de la construcción de la imagen de estas ruinas.

La exposición, toda en blanco y negro, en grandes reproducciones que pueblan las blancas paredes de FoLa, propone una visualización dialéctica al presentar las primeras fotos del lugar, que fueron tomadas en 1911 por Hiram Bingham, en uno de los viajes de descubrimiento que hizo remontando el río Urubamba. Esas placas, que revelan la broza en la que estaban sumergidas las construcciones, los primeros hacendados cuzqueños que la visitaban entre sorprendidos y admirados y lo novedoso de ese tesoro recién hallado, tienen el valor de un verdadero documento.

Más adelante, hay fotos de Edward Ranney, fotógrafo e investigador norteamericano. Son de la década del setenta. En ellas, Ranney capta la belleza de las esculturas, el placer por los objetos tallados. Hay detalles de la piedra, de los altares, de los canales de riego, que se abstraen del majestuoso conjunto y nos detienen en un presente de contemplación de lo particular, agigantando casi sin querer el resto, lo que queda afuera del encuadre.

Y el hallazgo del recorrido son las fotos de Martín Chambi y Javier Silva.

Los dos son autores peruanos. Martín Chambi, hijo de quechua, se contactó con la fotografía de muy jovencito, cuando unos ingleses fueron a retratar el trabajo de los mineros, entre los que estaba su padre. Sus fotos tienen una profunda conexión emocional y sirven para enmarcar a su gente. Son expresivas, apropiadoras afectivas del terreno retratado, profundamente icónicas y autorreferenciales. Hay incluso un hermoso autorretrato, en donde posa con poncho y sonrisa.

Javier Silva, el único contemporáneo, acerca una mirada atmosférica de Machu Picchu. Sus fotos están habitadas por vapores casi sobrenaturales, exquisitamente trabajados por la luz.

La muestra cierra con otros aportes fotográficos casuales, redondeando un paseo por la progresión de lo que fue, es y será la imagen de Machu Picchu, patrimonio de la humanidad, cuna de mudos secretos.

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