Un viaje al paí­s de Nomeacuerdo

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Nueva entrega de una serie de espectáculos que mantienen vivo el universo de María Elena Walsh.

Diego Ramos y Sabrina Artaza son los anfitriones de un viaje especial, a través de las canciones de la infancia.

Esas canciones, puestas en escena con gran dinamismo y los recursos conjuntos del clown, malabares, acrobacias y situaciones de cuento, son interpretadas en vivo, para deleite de los que crecimos oyéndolas, y también de nuestros hijos, que heredan así un tesoro construido con el poder de la imaginación.

Todos sabemos de la particular mirada de la Walsh y de la magia que supo imprimirle a las cosas cotidianas. Ese poder de observación, ese sentido del humor, esa ternura y también una cuota importante de reflexión están presentes en este animado show, que es especial para los más pequeños.

La banda de María Elena, que es el nombre que tiene esta compañía, mantiene vivo el fuego, desde las épocas de “Canciones para mirar” (2001), “El Reino del Revés”, “Lo ves o no lo ves”, "Cuentopos de Gulubú”, “Doña Disparate y Bambuco” , “Tres pasitos y me pierdo” y también con la desopilante y recomendable banda clown, llamada “Rock & Walsh”.

Su premisa es valorar el respeto, la inclusión y la imaginación como herramientas concretas para las soluciones a los problemas. Su estética es cuidada pero también desopilante, lista para hacer partir la fantasía de sus jóvenes espectadores a universos coloridos y amables. "Un viaje al país de Nomeacuerdo" tiene la virtud de convertir lo imposible en una vivencia concreta e inolvidable.

Con nueve artistas en escena, la dirección está a cargo de Juan Bautista Carreras, ganador del Premio Hugo. La coreografía pertenece a Carolina Pujal y la  música, muy bien puesta, es de Facundo Mazzotta. Recomendamos esta obra porque apela a la capacidad de fantasía de su público. Y porque siempre es bueno volver a escuchar las palabras que María Elena quiso cantarnos.

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