Alfredo Piro

Por: Lucas Petersen

El cantante presenta su nuevo disco, en el que repasa algunas gemas (clásicas y no tanto) del cancionero del rock argentino.

Alfredo Piro me desconcierta. No es que me desconcierte por sus mutaciones (lo que sus detractores podrían llamar inconstancia) sino por cómo, cuando creo que esta vez no me va a ganar, me termina convenciendo. Otra vez.

Repasemos. Cuando lo teníamos como cantante de tango, apareció con su versión de "Guitarra negra", de Zitarrosa, en la que salía bien parado del riesgo de ponerse a la par del uruguayo. Luego vino "Una vuelta más", un compilado que parecía reposicionarlo como cantor de tango. Pero lo que siguió fue otra vez inesperado: "El tiempo de los necios", disco en el que Piro asumía sin vueltas al rock como su poética, hecho 100% con temas propios. ¿Dónde quedó el tango? ¿Y Zitarrosa?

Su nueva obra, "Canciones usadas", hecho esta vez 100% con temas ajenos y con sonido acústico, vuelve a descolocar. Retorna el Piro intérprete, pero ya no de tangos sino de un puñado de temas que tallaron sentimentalmente su historia musical, todos provenientes del rock argentino de los 70 a los 90: de “Ana no duerme” o “Porque hoy nací” a “Ropa sucia” o “A veces llamo”.Si en un tema del disco anterior Piro parecía confesarse retroactivamente (“Hoy disfracé mi voz en un disco de tango”), ahora, con "Canciones usadas", parece estar diciendo lo contrario: “Esta es mi voz, estas son las canciones con las que ella empezó a expresarse”.

El resultado es más que convincente, es valioso. No tanto porque fuerce a esos temas a decir cosas nuevas sino porque, a base de buen caño y un profundo conocimiento del material que canta, supo hacer con él una obra con la que –nada menos–se la pasa perfectamente bien.Y yo siento que lo hizo otra vez: puse el disco pensando qué sentido tenía hacer un disco así; lo quité, tarareando Sumo, entendiendo cuál era. 

Tweet