Edgardo Antonio Vigo

Por: Lorenzo Sepúlveda

El público en general y especialmente todos aquellos que se vinculen al diseño, la imagen o el arte, tienen una excelente oportunidad de revisar de dónde sale gran parte de lo que hoy vemos en nuestra estética diaria.

Usina permanente de caos creativo. Obras de 1953 a 1997.

La primera y gran retrospectiva del platense Edgardo Antonio Vigo se está exponiendo  en el Moderno hasta el 25 de septiembre.

A Vigo se le atribuye la creación de infinidad de circuitos marginales para exponer y que hoy están vigentes, no solo para la exhibición de su trabajo sino para el de muchos otros artistas. Un obsesivo del correo postal como vehículo predilecto, el espacio público como medio de acción y la creación de redes personales como marco contextual para todos sus proyectos.

Uno de sus sellos personales fue haber usado la multiplicidad  en contraposición del objeto único. Grabados, publicaciones y piezas de arte correo que pudieran alcanzar a un público que excedía al de los museos y las galerías de arte. Impuso su pensamiento sobre todas las consignas que para entonces guardaban las formas para la divulgación y muestras de arte, este maestro de la metáfora impulsó su criterio en ilustraciones de objetos de uso corriente y utilizó objetos de uso corriente para crear el arte sublime que de su imaginación brotaba. También se lo reconoce como un constante y aguerrido denunciante de la dictadura que destruyó este país y que le arrebató un hijo de sus entrañas.

Aquí se exponen más de cuatro décadas de su creación. Parte desde 1953, año en el que viaja a Francia y entra en contacto con el arte de vanguardia, hasta su final en 1997. De esta manera el Moderno hace uso de su condición y exhibe un amplio muestrario del referente vanguardista de las décadas que van desde el 50 en pequeños dibujos, collages y objetos; así como su prolífica producción de publicaciones, desde la temprana WC hasta Hexágono 71; su serie de acciones llamada señalamientos (1968-1975); sus producciones vinculadas al arte correo y a la poesía experimental; su trabajo xilográfico y el Museo de la Xilografía de La Plata (1968), y documentación sobre su trabajo como curador de la Expo/Internacional de Novísima Poesía/69, realizada en el Instituto Torcuato Di Tella en 1969.

Vigo ha sido un hombre renacentista, conocedor de tantas técnicas, estilos y labores que ha usado en creaciones futuristas como para posicionarlo como un visionario. Editor de revistas, artista visual, poeta experimental, xilógrafo autodidacta, artecorreísta, creador de objetos inútiles, crítico y ensayista, un hombre llegado a este mundo en 1928 para cambiarlo hasta 1997.

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