Así­ empezó la cuestión

Por: Atilio Tustali

Una ineludible cita con nuestra historia teatral, un buen pretexto para conocer las raíces dramatúrgicas y su evolución, en este sentido homenaje.

Cada domingo, en el teatro El portón de Sánchez, se dan cita los espíritus de aquellos que han marcado a fuego nuestra trayectoria, nuestra identidad teatral.

Este homenaje que realizan el texto y la puesta de Raúl Ramos, nos trasmite cómo fueron los principios del sagrado arte en nuestro suelo, mantiene vivo el importante dato que no debe olvidarse.

La excusa es el ultimo día de Pepe Podestá en un escenario, el homenaje de su despedida después de medio siglo en la arena. Es allí donde todas las fuerzas se reúnen, plagadas de pretextos para que no se acabe este rito que ha dado vida a nuestra obra cumbre del teatro gauchesco.

El Moreira no debe terminar y así se lo proponen todos. Alfredo Eusebio Gobbi, Frank Brown, Sardetti, La Vicenta y el mismo Pablo Podestá intervienen entre otras tantas glorias de nuestro teatro, que son convocadas para recrear valiosas escenas que formaron parte de esta historia de relatos.

Tan solo el placer de ver a Víctor Hugo Vieyra interpretar al protagonista de esta historia vale para marcar este espectáculo como imperdible. A él se suma el mismo Ramos, quien encarna a la leyenda del Moreira en vida para despabilar a Pepe de su letargo, de su tristeza del final: para que eso nunca ocurra, convoca seres que son interpretados con gran destreza por Sebastián Codega y Paula Trucchi, haciendo una dupla maravillosa que transita una diversidad de géneros que muestran a las claras el talento que poseen. Ellos le suman gran calidad al espectáculo, además de la que ya tiene desde su planteo dramatúrgico y de puesta. 

Tweet