Los rusos hijos de puta

Por: Juan José Méndez

La banda más rabiosa del indie local encabeza la última fecha del Festipulenta, el mega-festival del under que celebra sus 25 ediciones.

Están enojados y se llaman Los rusos hijos de puta. Enojados porque los pibes de hoy son los viejos de mañana, porque la rutina laboral es morir de lunes a viernes, porque nos están dando palazos. Sus letras salen disparadas como dardos entre la batería furiosa de Flor Mazzone y el bajo espástico de Santiago Mazzanti. La voz (según la canción) es la del guitarrista Julián Desbats, rebelde como un Joe Strummer de las pampas, o la de Luludot Viento, furiosa como una Kathleen Hanna argenta.

Su primer álbum de estudio, La rabia que sentimos es el amor que nos quitan (2015), expone desde el vamos una declaración de principios que se completa con la experiencia en vivo: una explosión de emociones, un happening a los gritos. Lo puede confirmar cualquiera entre su legión de seguidores; nadie sale indiferente después de compartir una noche con una de las bandas más vitales, divertidas y urgentes de la era post Cromañón.

Desde el lanzamiento de Hola (su primer EP de 2013), la banda sacudió los esquemas del under local, alimentados por el transpirado boca a boca tras decenas de shows épicos en Salón Pueyrredón, el Mandril, Uniclub, Niceto y varias ciudades de Latinoamérica.

El fin de semana de carnaval hay otra oportunidad de asistir a esta ceremonia punk: Los rusos encabezan el Festipulenta número 25 (el festival local más importante en cuanto a difusión de artistas independientes). Es la edición más grande de su historia con más de 40 bandas distribuidas en cuatro fechas, entre los que cuentan Mi amigo invencible, Los reyes del falsete, El Perrodiablo, Marina Fages, Rosario Bléfari, Viva elástico, Hablan por la espalda y otros tantos nombres imperdibles.

 

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