Danza


 El Cultural San Martín.

 

Sarmiento 1551. Miércoles y jueves a las 21. Hasta el jueves 18. 


Por qué nos gustan tanto las luces

Por: Amalia Di Gregorio

Dos bailarines, varias cámaras, un proyector y la oscuridad se unen en un lenguaje en el límite entre lo audiovisual y las artes escénicas para crear un resultado incisivo y gracioso sobre nuestra realidad contemporánea. 


El ser y el parecer se desdibujan frente a la lógica personalísima del me gusta, escribe Hernán Borisonik en el programa. Y el público espera la escena frente a una pared. A un muro. A la oscuridad. A la nada. Pero no hay nada, hay un soundtrack que se repite, convirtiéndose en un mantra pop.

Fabián Gandini y Florencia Vecino son bailarines y coreógrafos. En 2007 viajaron al American Dance Festival juntos. En 2016 ambos fueron dirigidos por Diana Szeinblum.  Hoy es la primera vez que se unen para crear.

El resultado de su trabajo conjunto es un híbrido que amalgama diferentes lenguajes. En ellos, sobre todo, redunda la emoción. Una emoción por momentos visceral y en otros fabricada con artilugios para que la sienta el otro. El otro del otro lado de la cámara, de la pantalla, de la escena, del muro. Junto a Nicolás Della Valentina y Sofía Grenada, los directores entran y salen del dispositivo escénico para hablar de lo que hoy nos pasa. Siguen la música que hace llorar, los temas kitsch que revuelven los recuerdos, las películas obvias que vemos sin entender por qué, la tecnología que nos fuerza o nos impide sentir.

Con movimientos precisos, insertos en la escenografía de Mariana Tirantte y la iluminación de Sebastián Francia, los cuatro intérpretes despliegan una coreografía tan sutil como perturbadora. Muestran la imagen pero también su reverso. Muestran un mundo donde vivimos y no queremos verlo. No dejaría de asistir a este genial reflejo del hoy.

 

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