Muestra instalativa


 MAMBA.

 

Av. San Juan 350. Hasta enero del 2018.


Cómo atrapar el universo en una telaraña

Por: Ian Gall

La metáfora como eje principal, atraviesa la extraña belleza y el mensaje que encierran las enigmáticas obras que ocupan el MAMBA.


Al ingresar al inmenso edificio de la avenida San Juan, las indicaciones de la exposición del artista Tomás Saraceno hablan de un uso del espacio, diseminado en el segundo subsuelo y del segundo piso.

En cada uno se puede encontrar una obra y en ellas la pasión del autor por la aracnología y la analogía con el sentido cósmico del universo también habla de interconexiones que lo mantienen activo, orgánico, poderoso y efímero, nos cuenta un sistema de caza, de alimentación, de poder que es sostenido por la astucia.

En la instalación The Cosmic Dust Spider Web Orchestra, ubicada en el segundo subsuelo, el visitante es inmerso en un ensamble rítmico. En la oscura sala se descubre un sentido cósmico que delata un diminuto haz de luz que la atraviesa.

La musicalidad del universo esta presente y también la armonía existente y necesaria para que esté conformado como tal, cada detalle es necesario. Un sistema de parlantes sostiene cada partícula y la desplaza en relación simétrica a las vecinas, un cúmulo de estrellas se transforma en una nube de polvo cósmico y a su vez es un entramado arácnido que incomoda, que da la sensación de vulnerabilidad.

En correlación y a la vez enfrentada, en el segundo piso encontramos la instalación Instrumento Musical Cuasi-Social IC 342 construido por 7000 Parawixia bistriata. Podemos anunciar que es la telaraña más grande construida y exhibida hasta el momento. Aquí, navegando entre filamentos de telarañas resplandecientes, surgen nidos de nebulosas y clústers de galaxias como ecos de un micro y macrocosmos de cooperación. Podemos ser alcanzados por filamentos interconectados de miles de arañas. Los dibujos en el aire, realizados por unos 40 millones de hilos, revelan la trayectoria de las partículas de polvo cósmico. Mientras avanzamos entre estos multiversos, somos invitados a adaptarnos a los ritmos del cosmos y a la lenta cadencia de los arácnidos. Las arañas han hilvanado una textura que desafía nuestra percepción y es posible que obnubilados por tanta belleza e incertidumbre, caigamos en la telaraña y sin darnos cuenta estaremos atrapados por el cosmos, dentro de él.

 

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