Ariel Ardit

Por: Sabina Pérez

El cantante actuará en Buenos Aires junto al pianista Andrés Linetzky y cuarteto, adelantando nuevo disco.

Esa impronta suya recuerda a los mejores cancionistas del tango de oro. Ardit parece salido de alguna máquina del tiempo. Sus forma de cantar mantiene intacta las mejores virtudes del tango: la emoción, el virtuosismo, el saber decir.

Esa cierta estética vintage en tono y estampa, paradójicamente, lo mantiene en el candelero. Fue galardonado por segunda vez con el Premio Carlos Gardel como Mejor Álbum Artista Masculino de Tango. Su disco homenaje al mayor referente de su vida, Gardel Sinfónico, junto a la Filarmónica de Medellín, significó un desafío asumido del que hoy emerge victorioso. Su voz y su talento están a la altura de tan ambicioso proyecto, el de repasar con calidad y altura el inmenso repertorio gardeliano.

Ardit es cordobés, pero se crió en Buenos Aires. Fue el cantor de la orquesta El Arranque, con quienes grabó cuatro discos. Comenzó su etapa solista con el disco Doble A, con acompañamiento de guitarras. Lado B fue un emotivo homenaje a Homero Manzi. En  2009 editó Ni más ni menos. En 2010 logró conformar su propia orquesta típica, dirigida por Andrés Linetzky.

El objetivo principal de Ariel Ardit es devolverle al tango de orquesta los espacios que ocuparon en el arraigo popular. Le sobra talento y conocimiento de nuestra música ciudadana como para defenderla y enarbolarla cual estandarte.

Siempre es bueno asistir a uno de sus recitales. Este tiene un sabor especial, porque sucederá después de la gira de Ardit por Europa, hecho que lo tiene con más ganas que nunca de cantarle a la tierra que lo vio enamorarse del 2x4.

La voz más maravillosa del tango los espera en café Vinilo, con el brillo y el  esplendor de las mejores épocas. 

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