Diez miradas sobre Buenos Aires / La maldita primavera / Antártida negra

Por: Cecilia Navesnik

La recta final del año se viene con todo. Los museos y galerías pelean por los primeros puestos. En esta nota, una selección de imperdibles para no quedarse atrás.

Hay paisajes y hay retratos. O un poco de los dos. Ése es el caso de Diez miradas sobre Buenos Aires, la exhibición que se presenta hasta fin de año en la galería Jorge Mara-La Ruche. De todas las épocas y estilos, un grupo de artistas que se ocuparon de la ciudad construyen un interesante abanico de puntos de vista.

Las estampas antiguas y costumbristas de Harry Grant Olds, Sameer Makarius, Grete Stern y Sara Facio. La presencia infaltable de Horacio Coppola, el retratista de la Buenos Aires moderna por antonomasia. Bien acompañado por el amante actual de la ciudad: Claudio Larrea. El protagonismo de la forma de Guido Chouela y Gian Paolo Minelli. Y las miradas contemporáneas, con color y humor, de Alberto Goldenstein y Nacho Iasparra.

La arquitectura, la gente y el espíritu de Buenos Aires. Gestos, momentos, rincones, recuerdos. Hay fotos-manifiesto y fotos-protesta, y hay otras que detienen la vorágine. De tono testarudo o tono distraído, las imágenes (algunas ya vistas y algunas nuevas) forman un ensamble muy atractivo.

Y hablando de ensambles, en Rolf Art se presenta una gran dupla: Adriana Lestido y Juan Travnik. La maldita primavera reúne retratos de chicos y adolescentes que cada uno hizo en los 80 y 90. Aunque todas las imágenes son en blanco y negro y se exhiben mezcladas, los estilos son muy reconocibles, nunca hay dudas sobre quién es el autor.

Varias de las fotos de Lestido son de sus series célebres (Mujeres presas, Madres e hijas). Las de Travnik fueron nuevas para mí. Las temáticas y modelos cambian, y cambian también los entornos: en Lestido, el contexto es el natural; en Travnik, las fotos son de estudio.

Pero todo eso pasa a segundo plano, porque la suma resignifica cada serie y -juntas- conforman algo nuevo y poderoso. La fuerza de la mirada (la del sujeto, pero también la del fotógrafo) es el centro de eso nuevo. Los desconocidos se vuelven personajes, y de cada expresión se desprende una historia.

Y para terminar, Antártida negra, otra de Lestido. Empezando por el título, todo es misterioso en esta muestra. Se trata del registro de un viaje en busca del blanco absoluto, que no salió como esperaba. Lestido debía instalarse en Base Esperanza, pero inconvenientes logísticos y climáticos la obligaron a quedarse en Base Decepción, una isla volcánica donde la nieve se derretía al tocar el suelo. Frente a la hostilidad del entorno y a ese paisaje gris, debió abandonar el objetivo original. Superó las limitaciones con paciencia y sensibilidad, e hizo surgir en sus fotos algo interesantísimo.

Las imágenes fueron tomadas entre febrero y marzo de 2012, en la base y durante el trayecto en barco por los mares antárticos. Es difícil de explicar: no hay más (ni menos) que un impresionante blanco y negro, agua, rocas, hielo, bruma, viento, algún pájaro, un barco lejano, pingüinos. El sol se abre paso en el lugar más remoto de la tierra, y las fotos son pura atmósfera. Postales que cuentan, vacíos que hipnotizan. Un continente desplegado en el segundo piso de la Colección Fortabat.

Como dije, en noviembre hay paisajes, retratos y un poco de los dos. En sus marcas, listos, ya. 

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