Comida, Música & Tragos


 

 

Marcelo T. de Alvear 1540. Tel: 4811-4730 // 4815-6574.

www.youknowmyname.com.ar


You Know My Name

Por: Inés Molina

Una salida completa, ideal para asistir con amigos que gusten de las bebidas y la onda bailable. 


Este reducto antes se llamaba El Living, y ofrecía cenas de cocina criolla bastante bien elaborados.

Si bien la oferta de la buena comida se mantiene -sirven platos muy gustosos, en donde se destacan las carnes y las pastas-, la movida se arma a partir de la medianoche.

Para acceder hay que subir una escalera que da a una primera planta, sobre Marcelo T. Hay dos salas nutridas de sendas barras luminosas. Unos sillones muy cómodos, en donde después de cenar se puede esperar la música degustando algunos tragos. Y unas mesitas muy cancheras, con nombres de bandas y músicos vintage destacados en cada tabla. A nosotros nos tocó la de Bowie.

No solo usan frascos para servir los tragos, a la moda palermitana. También hay vasos como Dios manda, de donde se pueden beber tragos clásicos. Recomendamos un Campari a la naranja o un Mexicola, aunque tampoco faltan ni el fernet ni la cerveza, para los espíritus enamorados de lo simple.

Lo bueno de este lugar es que hay pantallas en donde pasan videos. Pero no cualquiera: generalmente remiten a publicidades de los años ochenta, a hits de Pink Floyd, o a fragmentos de películas reunidas por temáticas, para colgarse mirando, mientras la música empieza a sonar (Una noche, hasta pasaron videos de Telejuegos y de Goma-Goma, en una especie de retorno etílico a la niñez).

Los cómodos sillones se van corriendo y se hace lugar para las pistas de baile.

La música es muy hitera y privilegia los locos 70s y 80s. Hay poco rock nacional y mucho Bon Jovi, por eso es ideal para salir de pachanga con amigos y prenderse a bailar como si estuvieras en una disco en Bariloche. Se junta mucha gente y eso lo vuelve divertido, porque se trata de sentir más que de departir.

La idea de You Know My Name es jugar con la nostalgia. En el salón más grande se arman verdaderas maratones de lentos, se pueden recorrer los dos salones porque están comunicados por un pasillo, y la iluminación y el guión del espacio están orientados a la diversión. Se puede alquilar para eventos y fiestas.

El target de los parroquianos es sub treinta, aunque hay muchos cuarentones joviales que gustan de recordar viejos momentos de su adolescencia al calor de la cerveza y algunos temas de Whitesnake.

Si te gustan lo colorido, las bandas viejas y los tragos bien preparados, encontraste tu lugar en el mundo.

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