Épica del borde / El Segundo sin sombra

Por: Cecilia Navesnik

Al ritmo de la primavera que se acerca, el BUE recomienda un paseo fotográfico. A pocas cuadras de distancia, dos pequeñas grandes muestras se ocupan de la vida más allá de la ciudad.

Dos de los núcleos culturales más importantes de Buenos Aires traen buenas nuevas fotográficas. En el marco del Festival de la Luz, las fotogalerías del Centro Cultural Rojas y el Teatro San Martín exhiben personajes y paisajes del suburbio y las afueras.

En el Rojas se presenta Épica del borde, una serie sobre el conurbano hecha por alguien que conoce el conurbano. Fotos de colores melancólicos, de escenas cotidianas, de vecinos cercanos. Casas bajas, autos viejos, el tren. Un parque de diversiones, la escuela, el club. Niños, perros, una fogata y el cielo plomizo.

Se trata de la primera muestra individual de Leonardo Marino. Nacido en Monte Grande en 1976, estudió Diseño Gráfico en la UBA. Desde que en 1998 descubrió su pasión por la fotografía, hizo cursos, trabajó de manera free-lance, desarrolló su propia obra y participó de exposiciones individuales y colectivas. Se formó con Eduardo Gil y Alejandro Lipszyc antes de salir del semillero de Alberto Goldenstein.

Sus imágenes son muy climáticas. Son honestas, queribles, a veces desoladoras. Sus encuadres francos funcionan de un modo misterioso. Atrapan, cuentan historias, se disfrutan.

Una caminata breve en dirección al Obelisco nos saca del suburbio bonaerense y nos deposita en el interior del país. Ahí nos espera El Segundo sin sombra, la serie que Gustavo Di Mario presenta en el San Martín.

Di Mario recorre eventos gauchescos hace más de diez años. Ahí realiza, sobre todo, retratos de hombres. Hombres de campo, malambistas y jinetes que -frente a su lente y por un instante- se convierten en modelos. Algo mágico sucede en ese encuentro, en sus miradas, en sus poses, en su ropa. Su afán por mostrarse fuertes se solidifica en las imágenes. Pero nada es construido, todo surge de la situación misma. Y esa espontaneidad resulta cautivante.

Di Mario nació en Morón, en 1969. Encontró su estilo fotografiando amigos, diseños de ropa y desfiles, al combinar las creaciones con lo documental. En su trabajo editorial prefería como modelos a personas de la calle. Lo llamaban “Pocket” porque usaba una sola lente y luz natural. Expuso en Buenos Aires, Ámsterdam, Nueva York y Los Ángeles. En 2007 publicó Potrero, un ensayo sobre fútbol amateur con prólogo de Maradona. En 2011 llegó Interior, con sus primeras fotos de gauchos y fiestas populares.

Ambas muestras articulan propuestas conceptuales sólidas y están acompañadas por buenos textos de presentación. La suma de las dos resulta estimulante y novedosa. Anímense al paseo.

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