Sagardi

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Un sitio excelente para disfrutar de copas con amigos, mientras se ingiere algún que otro bocadito. Se puede cenar si se queda un rato, porque las tentaciones suelen ser extremas.

Ubicado en un excéntrico lugar de San Telmo, en una antigua casona histórica acondicionada con un mobiliario como para que dure más de cien años, se encuentra este hermoso bar de tapas, con extensas barras acompañadas de punta a punta con conservadoras que en su interior muestran una infinidad de platos, que poseen la mayor variedad de pinchos ensartados sobre una rodaja de pan casero. Usted se sienta en alguna de las banquetas altas o puede beber de parado, toma un plato y va eligiendo.

Cada pincho está armado con un palillo que atraviesa el pan, ese palillo es el que servirá para cobrarle: al final de la velada se suman y se abona. Por suerte no es un lugar caro, porque una vez que empezó, querrá dejar todo por probar cada gusto. Los hay de fiambres, pescados, carnes, verduras, en combinaciones realmente tentadoras.

El lugar trabaja una gran cantidad de etiquetas nacionales y extranjeras y en su carta de vinos están la mayor selección de varietales, lo mismo con las cervezas, sidras y champagne, entre otras bebidas, que convienen para celebrar con seres queridos y pasar un grato momento.

Está ubicado al principio de Humberto 1°, a metros de la Mansión Vitraux. Enfrente está una de las primeras iglesias de la Santa María de los Buenos Aires colonial, fundada en 1743 por los jesuitas con el nombre de Iglesia de Nuestra Señora de Belén. Actualmente se llama Iglesia de San Pedro González Telmo, formaba parte de un gran complejo de la orden jesuítica de principios del siglo XVIII.

Parte de este sitio se transformó luego en el antiguo hospicio de la ciudad, que luego fuera cárcel de mujeres. Esto, solo por nombrar alguna de las parcelas cercanas: todo allí se respira a la génesis de la ciudad.

Además de disfrutar un buen refrigerio, se verá beneficiado por un recorrido a través de nuestra historia, no deje de ir.

 

 

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