Galerí­a


 

 

Lupe Marí­n

Por:

La galería Elsi del Río ardía de gentío con alma, todos esperaban ver los nuevos trabajos de Lupe, queríamos ser atravesados por el ángel de las miradas de sus retratos.


La galería Elsi del Río ardía de gentío con alma, todos esperaban ver los nuevos trabajos de Lupe, queríamos ser atravesados por el ángel de las miradas de sus retratos.

 

Pensar en Lupe Marín es una trenzada sensación, entre su aparente fragilidad etérea. Un espíritu aguerrido e inquieto la conduce por infinidad de tareas artísticas; es pintora, escenógrafa, madre, escultora, directora de arte en algún video, ilustradora, productora de su destino. A esto le sumamos ser la dueña del hilo que la conecta con Dios, interlocutora de ese diálogo por el cual logra captar y plasmar las expresividades más profundas de un ser, esas que permiten detectar que allí hay vida.

Su estilo es único, nadie dibuja una mirada, nadie retrata el alma o un pensamiento como lo hace ella. Suelo pensar, frente a su obra, que ella hace que su modelo esté en movimiento constante para poder captar ese momento exacto y sublime que identifican sus trabajos.

En su paleta habitan los tonos pastel, con los que simula la piel humana como ella se la imagina y algún color intenso para un vestido o un fondo. Lejos de ser naturalista o realista, parece mostrar su imaginación, puede aumentar una mano para darle fuerza, hacer brazos más largos o cortos para crear un efecto para acrecentar el mensaje, detalles que puede recrear alguien que conoce a la perfección el dibujo del cuerpo humano y puede darse el gusto de modificarlo en pos de lo que quiere decir.

Cuando conocí su trabajo, transitaba el arte abstracto, hermosas pinceladas sobre fondos blanco o tiza, desconozco el camino transitado entre aquella búsqueda y esta realidad que promete retratos donde la retratista está presente en la imagen que se plasma, presente sin disimulo. Si se las observa con atención, muchas de las expresiones plasmadas en las telas son parte de su expresividad, suele decirse que un artista trabaja sobre lo que conoce.

En esta entrega ha seleccionado una serie de trabajos realizados recientemente, que siguen manteniendo esa particular atmósfera de vacío que rodea la figura humana, una serie de mujeres jóvenes con expresividades sutiles, esas que se suelen captar en el instante en que se ve el detalle del ala de una mariposa. Un señor con torso desnudo, apariencia liliputiense, expresión intimidatoria, mirada penetrante. Una selección de canes y la renovada necesidad de revisar una y otra vez cada trabajo y encontrar el truco.

Una oportunidad que solo durará hasta fin de mes, no piense en que luego la verá, salga ahora, no deje para después.

 

A. G.

 

Elsi del Río. Humboldt 1510. Martes a viernes de 14 a 20. Sábados de 11 a 15.

> COMERCIAL
> DISTRIBUCIÓN
> EDICIONES ANTERIORES