Hablemos a calzón quitado

Por: Lucho Gutiérrez

La bella sensación de asistir a un trabajo teatral sin fisuras, un encuentro entre el texto, la puesta y las actuaciones que roza la perfección.

La obra fue escrita hace cuarenta y cinco años por la pluma de Guillermo Gentile y estrenada con éxito en el naciente teatro independiente. Aborda el conflicto de castración de padres a hijos, la necesidad de la revolución permanente para sostener la libertad, preocupaciones generacionales de aquel momento. Pero en el hoy se resignifican, si bien esos conflictos humanos son objeto de actualidad en cualquier época, estos temas se ven ahora desde otro punto de vista y el material cobra metáfora con nuestra realidad, gracias a la brillante mirada de Nicolás Dominici, joven promesa de nuestras artes, instruido por popes de la talla de Gandolfo y Alezzo.

Dominici aporta una sólida puesta, sumando lo que pasa por fuera del texto. El armado de las escenas es de una perfección tal que conmueve en cada momento, utiliza los tradicionales artilugios del teatro con una naturalidad propia de un avezado y experto puestista conduciendo un interesante equipo que realiza el bellísimo diseño de luces que le aporta climas, destaques, ensoñación, obra de Nicolás Mizrahi, Iván Salvioli y el propio Dominici, en un espacio diseñado por Iván Salvioli.

Me molesta contar la obra, para hablar de ella o recomendarla. Si diré, en honor a la verdad, que el gran atractivo son las actuaciones, geniales composiciones de Ulises Pafundi, Oscar Giménez y Emiliano Marino. Los dos primeros se conocen de anteriores trabajos y el tercero se incorpora para formar un equipo deslumbrante.

www.alternativateatral.com/obra27692-hablemos-a-calzon-quitado

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