Historia de Witold Gombrowicz

Por: María Guadalupe Cuenca

Teatro en el sentido más extremo de la palabra, la puesta de Adrián Blanco nos confronta con las estructuras establecidas y nos invita a un ejercicio de libertad intelectual.

Teatro en el sentido más extremo de la palabra, la puesta de Adrián Blanco nos confronta con las estructuras establecidas y nos invita a un ejercicio de libertad intelectual.

 

Historia es una obra inconclusa. La escribió  Witold Gombrowicz, un autor polaco muy pocas veces editado en nuestro país, que sin embargo es considerado uno de los maestros vanguardistas del siglo XX.

Lo que pocos saben es que Gombrowicz vivió más de veinte años en Buenos Aires y escribió aquí el grueso de su obra. Un poco olvidado y un poco maldito, se movió en un permanente estado de aprendizaje, alejándose de los grupos literarios constituidos y ganándose enemistades históricas, como la del mismísimo Borges.

El texto que nos ocupa, terriblemente corrosivo y humorístico, fue recuperado por Adrián Blanco y José Páez, que se encargaron de darle una forma más teatral y acabada.

El resultado es un mapa de la Historia de la humanidad con diferentes actantes, narrado desde los ojos de un Gombrowicz que se resiste a encajar en alguna parte. Un viejo que revive su yo joven a través de su recuerdo pero fundamentalmente a través de su presente.

Se habla de la inmadurez, de la homosexualidad, del terror hacia las formas y las instituciones, del deseo de libertad,  tópicos constantes en la obra del autor. La aproximación teatral, con una gran dirección de Blanco y una cuidada escenografía (el ropero, genial), es una buena manera de acercarse a este escritor que buscaba separarse de las trampas de la madurez porque sabía que tras ella venía la muerte.

El elenco está compuesto por  Ramiro Agüero, Manuel Bello, Estefanía

D’ Anna, Diego Echegoyen, Mario Frías, Cecilia Tognola, Hugo Dezillio, Yamila Gallione y Luis Escaño.

La familia replicada en las clases políticas, el Estado como un personaje represor, la guerra y la sinrazón, tienen su opuesto: el humor y los pies (descalzos) sobre la tierra.

 

María Guadalupe Cuenca

 

Teatro Hasta Trilce. Maza 177. Tel: 4862-1758. Domingos a las 19:30.

 

Tweet