Comedia dramática


 

 

Alma teatral

Por: Inés Larrondo

Un homenaje a la teatralidad, un réquiem al amor ausente y presente. En el living de su casa -espacio sin fronteras- Lía comparte su soledad poblada.


Un homenaje a la teatralidad, un réquiem al amor ausente y presente. En el living de su casa -espacio sin fronteras- Lía comparte su soledad poblada.

 

Gabriela Izcovich tiene alma teatral. Es una gran actriz. Se multiplica como autora, directora. Sus adaptaciones de Paul Auster, Husvedt, Kureishi, Tabucchi, no solo emocionaron al público sino a los propios autores, que asistieron a verse en esas versiones.

Con obras de Sacheri, Jeanmaire, Márai o con textos propios (Por favor sentáte, Bocas de registro, Cosas que pasan...) enriquece su oficio -conmover- con las viejas,  siempre nuevas, herramientas de los actores: la voz, la trabajada naturalidad del cuerpo, la complicidad de la mirada, los silencios. Muy presente en los escenarios, es infrecuente verla en cine (si bien en Tiempo de valientes, de Szifrón, increpó a Diego Peretti con un inolvidable ¡Pero quién sos!... ¿quién sos?)

Ahora, en el Teatro La Carbonera -Carlos Calvo y Balcarce- esquina de San Telmo que fue almacén hace unas décadas y esperamos que siga siendo teatro por muchas más, Izcovich presenta Alma teatral. Es una obra refinada, confidencial como un secreto. Lo esencial del teatro es ser "un lugar para contemplar". En eso precisamente se convierte La Carbonera, cada viernes a las 21: una mujer hace visible su amor por un hombre y una profesión.

Los ejes de la vida -quien amamos, la tarea que encauza lo que queremos dar- si se ausentan nos dejan en una casa sin puertas ni ventanas. De ese encierro hay que aprender a salir, ir al encuentro de otros, dialogar, volver a dar (lo posible, ¿torta de manzanas?)... remontar el alma.

Izcovich nos mantiene en vilo con su voz, el ritmo del guión, el clima que crea. Agregan magia el piano de Lucas Fridman y en una pequeña canción la voz de Natacha Nocetti, que es como un diamante fino.

Fuimos a contemplar. Un alma. Pero el espejo del teatro es de doble faz: es difícil que no refleje algo de la nuestra. 

 

Inés Larrondo

 

Tadron Teatro y Café. Niceto Vega 4802. Sábados a las 21.

www.alternativateatral.com/obra32521-alma-teatral

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