Fotogalerí­a


 

 

Claudio Larrea: El amante de Buenos Aires

Por: Marta Cotty

El 2014 se despide con esta exposición de fotos. La ciudad vista desde su costado más hermoso, a través de los ojos de un hombre que la ama.


El 2014 se despide con esta exposición de fotos. La ciudad vista desde su costado más hermoso, a través de los ojos de un hombre que la ama.

 

Buenos Aires está siempre en tránsito. Esa idea de que fue hermosa alguna vez, de que fue próspera, podría ser un sueño, un relato mítico, un deseo.

También fue toldería, refugio de piratas, aldea con Fuerte medieval. De aquellas ciudades posibles solo nos quedan las leyendas. Buenos Aires es fugaz, vive en eterno proceso.

Hay un hombre, sin embargo, que se empeña en rescatar la memoria de sus momentos de esplendor. Su nombre es Claudio Larrea. Su profesión, la de fotógrafo.

Larrea sale todos los días a andar en bicicleta, buscando huellas de alguna Buenos Aires de antaño. Encuentra edificios de construcciones soberbias flotando sobre marquesinas de plástico y neón; geografías similares a joyas o maquinarias de relojería, ocultas en el diseño de una escalera o la fachada de un teatro; emplazamientos urbanos que a través de su lente se tornan prolijos y maravillosos. Puntales de una ciudad perdida, una Atlantis poderosa y sumergida en el caos del hoy, restos materiales de otra gente, otra civilización misteriosa que sabía levantar y conservar esas arquitecturas.

El ojo amoroso de Larrea rescata, sanea, compone. Sus fotografías demuestran una estética pura, una composición muy cuidada y prolija, unos acertados, meticulosos empleos del blanco y negro, un pudor riguroso a la hora del color.

Busca la mejor cara de la ciudad. La encuentra en su pasado urbanístico, lejos de las personas, que poco y nada aparecen en sus registros.

Hay reflejos de la gente: pequeña, dispersa, en una city siempre en construcción. Ese reflejo es para nada hermoso, pero en donde se genera, la espalda vidriada de un edificio, existe una armonía, una vocación de inmutabilidad... De inmortalidad.

Larrea logra conmover con su punto de vista. Quizás el mejor ejemplo para ilustrar este sentimiento sea la foto de la ex Biblioteca Nacional. Aparece velada, con paños de media sombra que la opacan, pero aún a través de esa pátina de presente es hermosa, evoca un refugio de la cultura, el recinto sagrado de la pluma de Borges y del paso de muchos sabios. Con ese ánimo conservador, en el mejor sentido del término, Claudio Larrea se expresa. Recomendamos asistir a su galería y evocar aquella Buenos Aires, detenida para siempre en la plenitud de esa belleza.

 

Marta Coty

 

Centro Cultural Recoleta. Junín 1930. Sala 10. Tel: 4803 1040. Del 10 de diciembre al 8 de febrero del 2015. Martes a viernes de 13:30 a 20:30. Sábados, domingos y feriados de 11:30 a 20:30. Lunes cerrado.

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