Morena

Por: Luis Enrique Medina

Onírico lugar, ubicado en uno de los puntos más extravagantes de la ciudad, para deleitarse y pasar una velada inigualable. 

Cuando tenga uno de esos días en que siente que es verdaderamente maravilloso ser usted, que tiene algo especial para festejar -una oportunidad sería este 14 de febrero, el día de los enamorados-, o cuando lo desee, debería ir a Morena.

Queda en la Avenida Rafael Obligado, en la Costanera, ahí donde se bifurca hacia los carritos de la costanera y el empalme con la nueva Illia. A su derecha encontrará un ingreso que indica que es el Club Náutico Puerto Norte: entre, siga bien al fondo, le parecerá una maravilla de la ingeniería que el espigón tenga más de 500 metros, que entre tanto en el Río de La Plata. Bien: usted ha llegado al paraíso, lo espera uno de los sitios más hermosos de la ciudad, una construcción alargada y completamente vidriada que ingresa aún más en el agua, dando una sensación única.

Morena se ha caracterizado históricamente por ser un lugar de gran calidad gastronómica, de grandes porciones, mariscos frescos, las mejores carnes, eso es innegable. Siguiendo esa tradición pero agiornándola, se ha diseñado una carta con un toque marcadamente gourmet, con la firma del chef Manuel Barraza, quien se destaca por una propuesta de pocos platos estrellas y con tendencia al “plato del día”, con piezas de carne que pueden ir desde cordero, jabalí, cerdo, según cuál sea la mejor calidad que encuentra.

Recomiendo las mollejas con verduras bebé, sobre salsa de miel. Pesca del día con sabrosos maridajes de verduras a la plancha. Pulpo a la plancha sobre puré de papas con aceite de trufas. Gambas sobre fondeau de tomate. Arroces  diversos.

Manuel está entusiasmado con el lugar. Luego de su paso por La Bourgogne, centra su propuesta con productos de primera calidad, específicamente buscados, con procesos tradicionales y combinaciones muy creativas, como es el caso de diversos postres que no poseen características empalagosas, ni siquiera su famosa mousse de chocolate acompañada con naranjas procesadas y miel orgánica. También ofrece propuestas como croquetas fritas de arroz con leche rebozadas con panko, acompañada con helado o el Streusel de hinojo. La calidez de la atención de todo el personal es increíble.

Dentro de la renovada propuesta se ha convocado a una verdadera estrella de las barras porteñas para que engalane Beluga, la barra del lugar: se trata del disputado por varias empresas Carlo Conti, quien además de su reconocida calidad alquímica para los tragos, propone una concentrada carta que tiene que ver con el entorno, tragos con sal marina en escama, Bloody Mary con salsas de pescados. Destaca el uso de productos que tienen que ver con el mar, su tradición mediterránea lo mueve a trabajar con especias y hierbas, usa mugs para servir sus tragos, dando la impronta con los jarros bucaneros que usaban las antiguas embarcaciones. Nos preparó un gintonic con aceite de oliva y tomillo y un cóctel clásico, una especie de mojito con angostura, naranja, cardamomo y concentrado de albahaca, una delicia que recomiendo especialmente.

Aconsejo enfáticamente visitar este lugar por su magia.