Musetta Caffe

Por: Luis Enrique Medina

Es tan bueno, lo siento tan mío, que me da miedo hacer esta recomendación y que me lo quiten. Quienes lo conocen me entienden y quienes lo descubran se darán cuenta a qué me refiero.

Enclavado en la mágica esquina de Bilingurst, Tucumán y San Luis,  es el silencioso testigo de la vida de un barrio bastante ecléctico, ubicado en el noroeste de Almagro, zona apodada como El Abasto.

El local tiene la cualidad de ser de los que cobijan, la calidez de los elementos que se han ido sumando a lo largo de los años le suman identidad, contrasta con las grandes vidrieras que dan la sensación de amplitud, pero cuando se lo conoce como habitué es una hermosa guarida. Lamento la distancia que me separa, porque si no parara en El Celta, pararía en Musetta. Me encantaría cerrar la puerta de mi casa gritando estoy en el bar y rumbear para ahí.

Cristina es una bellísima e interesante porteña que nació en Italia y de ahí su acento, de ahí también el gusto por dar de comer con un marcado estilo mediterráneo y de propiciar zapadas unipersonales o a dúo en cualquier momento. Puede ser en el piano o que un bandoneonista pose un pie en una silla para que se arme la banda de sonido, mientras un caballero rescata a una princesa en la torre del castillo de la esquina de enfrente.

Todo eso y mucho más pasa en Musetta, es el lugar de encuentro de una exquisita vanguardia de nuestras artes, es el paso obligado de muchos que saben que se produce el encuentro con gente interesante.

También es un sitio especial para mirar y ser mirado. Los artistas reconocen el arte y por eso elijen ir a comer ahí.

Podemos hablar un largo rato del tema: la estrella del lugar son las picadas y las pastas. Existen opiniones diversas, algunos deciden coronar otros sectores de la carta, pero el que recomienda hoy soy yo. La picada de brusquetas es una obra de arte y por eso la foto en esta página: acá no hay un poco de algo sobre un pan, acá cada ingrediente ha sido procesado de una manera gourmet y puesto abundantemente sobre una rodaja de pan casero, haciendo que las variedades de la picada se disputen el mejor sabor.

Otra opción que recomiendo mucho es la Tabla de burrata. Como lo indica su nombre, viene con una gran bola de burrata central, con una calidad que solo se compara con las de Murgia, en el Sur de Italia; podría ser esto solo y estaría bien, pero lo acompaña una diversidad de ingredientes, entre los cuales las de hojas verdes y los hongos caramelizados resaltan sobre las variedades de quesos, fiambres y demases que trae. Las pastas rellenas o los penne son muy interesantes, la variedad de preparaciones es lo que los hace más tentadores aún. Mis preferidos son los que vienen con pomodoro, basilico y queso fresco. La ensalada de palta también tiene mucho éxito.

Las bebidas del lugar son muy buenas, hay gran variedad de etiquetas de vinos, entre los tragos y vermouts mi preferido es el Cynar.

Buen café con delicados acompañamientos hacen que se regrese durante la tarde. En lo que postres se refiere hay varios y muy buenos, pero la más requerida es la chocotorta, una versión muy cremosa que está preparada en copas, aconsejo mucho esta degustación como opción de postre o con algún trago seco durante la tarde; muchas veces cuando se ha tomado el café, no dan ganas de irse y luego de un rato se desea experimentar algo más.

Sé que está tentado pero sospecha que todo esto tiene aroma a caro. Lo espera otra sorpresa: los precios son muy acomodados, es bueno y barato, aunque eso sí, no hay tarjeta.