I.D.I.O.T.A

Por: Atilio Tustali

La llegada de un autor extra-ordinario al circuito local, trae también la sensación de un nuevo aire en la dramaturgia que nos visita.

Considero que el nivel de autores contemporáneos que posee esta ciudad es más que interesante, a contrapelo de los textos actuales que llegan de distintas latitudes. En este caso se observa algo fuera de lo común y de gran calidad intelectual. Conocí este autor, a través de un material suyo, la obra Tetris, en versión semimontado durante la segunda mitad del 2010, en un ciclo que brindó el CCEBA . En el 2016 Silvia Gómez Giusto presentó una interesante puesta de El hombre de gafas de pasta.

Daniel Veronese dirige este material del autor catalán Jordi Casanovas, con la capacidad que lo ha signado como uno de nuestros creadores más reconocido. Nada sobra ni falta, el espectáculo posee la contundencia y precisión de un filo que despedaza toda obviedad que el espectador imagine.

El duelo escénico que exhiben María José Gabin y Luis Machín es de una calidad tal que logran mantener al espectador hipnotizado en cada minuto del espectáculo, oficiando de voyeur en una absurda situación que a la vez es de gran verosimilitud. Él compone un personaje que transita transformaciones desopilantes, provocadas por una constante presión inesperada de situaciones planteadas por ella, ambos realizan una compacta y cronometrada labor de gran sagacidad actoral

Todo lo que se encuentra en escena está perfectamente alineado con ese fin. Es de resaltar el diseño de iluminación de Marcelo Cuervo.

La propuesta escenográfica de Jorge Ferrari, además de ser una bella pieza de arte, posee la característica de ser un dispositivo muy funcional a cada mensaje semiótico que emite el escenario. Coherente a su trayectoria, este artista ubica en las distintas propuestas que lo convocan, objetos escénicos de brindan un plus de gran valor a cada obra.