La puerta de al lado

Por: Atilio Tustali

Una piedra preciosa, perfectamente facetada, brilla en la noche porteña. Logra  divertir a masas de espectadores y debatir sobre las relaciones.

No es mera coincidencia que este material que habla sobre las actuales formas de soledad y los motivos que las producen, sea concebida por el dramaturgo Fabrice Roger-Lacan, nieto del psiquiatra y psicoanalista francés Jacques Lacan, realizador de aportes teóricos al psicoanálisis, basándose en su experiencia analítica y en la lectura de Freud. Él fue el formulador de la teoría de que el inconsciente está estructurado como un lenguaje.

Aquí se observan, precisamente, las imposibilidades de relación de ciertas personas, interpretadas magistralmente por dos actores consagrados.

Jorgelina Aruzzi y Peto Menahem sostienen un arduo trabajo escénico en tono de comedia brillante, manteniendo un efectivo tempo que proviene del conocimiento que poseen el uno del otro, luego de varias y exitosas temporadas en que formaron pareja de trabajo en Le Prénom. Cada noche es una verdadera cátedra en todo sentido. Poseen distintos colores de actuación para abordar la comedia; manejan un holgado respaldo en el género, dado por la gran experiencia producto del extenso y certero trabajo realizado. Logran que esas imposibilidades que poseen los personajes, ella una psicóloga, él un directivo de marketing, se transformen en una constante usina de graciosos gestos espontáneos producidos por la estructura del inconsciente, ese lenguaje tan complicado de modificar ante situaciones distintas a las cotidianas.

Hablar de Ciro Zorzoli es sinónimo de inteligencia y efectividad, un autor y puestista que se ha destacado por tratar temas sociales y exponerlos para el debate, pero siempre desde el humor, un fino humor que podemos recordar desde aciertos emblemáticos que forman parte de nuestro ADN teatral, como Living, el último paisaje, exponiendo un tema delicado para los argentinos, Ars higiénica y su sello tan particular o recientemente con el exitoso Estado de ira. Posee un récord reciente al haber agotado en una semana las localidades de una temporada con su Tarascones, que posee texto del genial Gonzalo Demaría.

En esta oportunidad, nos ofrece una divertida comedia romántica en la que exhibe un actual modo de desconexión humana, pone sobre la mesa e indaga si estas formas son caracteres opuestos que suman en la pareja, o es una imposibilidad de encuentro cordial con el otro, plagado de preconceptos, falta de conocimiento y tacto en el trato hombre-mujer. Desarrolla sobre los nuevos modos de “conocer gente” vía internet, muestra una sociedad más conectada y alienada y cómo eso repercute en el momento de gestarse la célula vital de la humanidad, la familia.

Mucho humor con sabiduría,  gran calidad sellada por el talento y una propuesta de suma efectividad.