La Pescadorita

Por: Jorge Gandolfo

Cocina de mar como si estuviésemos en Madrid pero en pleno Palermo Hollywood.

Fuimos invitados a conocer la nueva carta de platos de La Pescadorita, especialmente diseñados para  los fríos meses del invierno.
Nos recibió su chef Leandro Leyell y explicó que su intención es preparar platos clásicos aplicando técnicas modernas, con última tecnología de cocción, utilizando ingredientes de primera calidad, y con un mínimo de desperdicio en el proceso.

Nos sugirió una degustación de algunos platos representativos de las varias alternativas ofrecidas. Conociendo la fama del lugar, supimos que sería una noche de platos abundantes y que deberíamos medirnos con cada una de las porciones.
Con una sonrisa, un amable mozo nos trajo una panera con grisines, distintos tipos de pancitos calentitos, un poquito de alioli y unas berenjenitas (nótese el uso del diminutivo). A pesar de un gran esfuerzo no pudimos evitar el caer en la tentación de aunque sea probar un poquito de cada uno. Fue difícil no devorarse la panera entera, recomiendo abstenerse.
Por suerte, casi enseguida, nos trajo el primer plato a degustar: chipirones en salsa de tomate al hierro. La salsa era potente y apenas picante, en excelente maridaje con los chipirones que estaban tan ricos y tiernos, que comenzamos a comprender claramente del comentario inicial de Leandro.
Lo siguiente, fue un tentáculo de pulpo español. Luego de explicarnos el proceso de cocción a baja  temperatura, nos trajo aceite de oliva, pimentón y páprika españoles para agregarle, pero no le hacía falta. Estaba tan delicioso que aseguro no haber probado antes esa calidad de sabor y terneza, realmente increíble tratándose de los secretos que posee esa carne en su cocción y lo difícil que es encontrarle un punto justo. Nuevamente fallamos en nuestra intención de solo probarlo. Sin lugar a dudas es la estrella de la casa.
Luego fuimos agasajados con el risotto con setas. Un arroz con portobellos, champiñones, hongos de pino, gírgolas y trufas. Aquí llamaba la atención cómo cada ingrediente, cada variedad de hongo, mantenía su sabor particular. Nos explicaron que lo logran cocinándolos por separado en bolsas al vacío individuales, mezclando todo al final. Realmente otra delicia que fue terminada hasta el último grano de arroz. A esta altura, ya sentíamos que la felicidad era absoluta y pensamos en retirarnos, pero nuestro ya amable amigo nos trajo una cazuela de barro con abundante porción de lentejas y frutos de mar: langostinos, mejillones… Imposible no terminarlo. Realmente exquisito.
El chef Leandro se acercó para compartir un momento y en la amable charla sugirió que no nos fuéramos sin hacer una pequeña degustación de algunos de sus postres.

Terminamos esta maravillosa experiencia culinaria probando cheesecake con frutos rojos, una crema con maracuyá sobre una base de Oreo y un marquise de chocolate con helado de crema bañado en chocolate, donde se notó su completa propuesta y la experiencia en la combinación de cada uno de los pasos y las etiquetas de bodegas que eligió para acompañar los diversos sabores.
Muchas gracias por la pasión y el esfuerzo de todo el equipo de La Pescadorita. Realmente se nota y se disfruta. Seguramente nos verán pronto. Recomiendo que no se pierdan esta felicidad para el alma.