De cómo el señor Mockinpott logró liberarse de sus padecimientos

Por: Atilio Tustali

Un magnífico trabajo que reúne los mejores clowns y reflexiona sobre el peligro de las Instituciones.

 

Solemos atravesar tránsitos de nuestra existencia en donde nada sale bien y la única ayuda o protección son las Instituciones. En esta historia esos organismos son los que abusan de nuestros derechos ¿Le suena a algo conocido?

La dupla Eugenia Levin & Javier Margulis elige con gran inteligencia, para despertarnos, un material del dramaturgo alemán Peter Weiss, de quien podemos recordar materiales como Marat Sade, La indagación o Discurso sobre Vietnam. Herramientas de profunda denuncia a las atrocidades que comete la sociedad en su conjunto, como también las Instituciones generadas por esta.

Margulis, alineado a la necesidad del autor, realiza una adaptación de gran calidad sobre este singular texto y juntos deciden emprender la labor. Ponen en escena a los máximos referentes del género clown local, para mostrar la historia de un hombre común. Nacho Albani, Pablo Algañaraz, Marina Barbera, Lechuga Beckerman, Yanina Frankel, Ezequiel García Faura, Valeria Maldonado y Agustín Soler construyen la historia de alguien cuyo destino decide ponerlo en situaciones que son atravesadas por Instituciones como la Justicia, su Seguro Matrimonio, el Trabajo que le brinda desarrollo personal, la Ciencia, una República con personas poco decorosas que deciden sobre los demás y hasta la Religión que abrazó toda su vida, y que parece estar un poco desvalorizada. La obra nos muestra, en clave de comedia, que las sagradas Instituciones no son otra cosa que una ilusión, son manejadas por hombres, se han convertido en una cueva de inescrupulosos que deciden nuestro destino. Un material que aconsejo enfáticamente ver para poder reflexionar en qué hemos transformado a nuestra sociedad, a la vez que la diversión nos atrapa por más de una hora con el mejor humor.