Tigres a punto de saltar

Por: Juan José Bertolaga

Una nueva entrega de la autora y directora Helena Tritek le da una caricia al alma los domingos por la tarde. Tan elevado como imperdible.

Incorregible amante de la poesía, Tritek trae a escena una composición de su autoría, partiendo de una selección de las únicas dos publicaciones de poesía que realizó el prolífero autor Tennessee Williams, uno de los pilares fundamentales de la literatura sureña norteamericana.

La puestista toma material de dos memorables publicaciones: eligió mucho de En el invierno de las ciudades y algunas migas de Androgyne, Mon Amour, y edifica otro de sus universos poéticos y alegóricos.

Con su grupo de fieles actores, un Olimpo compuesto por Carolina Solari, Rolo Sosiuk, León Bara, Corine Fonrouge, Analía Montenegro, Carlos Ponte, Silvina Quintanilla, Ezequiel Ruiz, Jorge Sánchez Mon y Denise Vasiloff , da vida al mundo del que hace referencia Tennessee, quien evoca la atmósfera de los hospicios, que conocía muy bien, debido al paso por ellos de su hermana Rose y al suyo propio, debido a los desbordes producidos por sus adicciones en edad tardía. Con estos ingredientes Tritek da rienda suelta a su imaginación y la pequeña sala del Teatro Patio de actores se convierte en una quimera narcótica, bellísimas imágenes pictóricas tridimensionales se apoderan del espacio que desconoce limites físicos, el espectador es bombardeado por un sinfín de imágenes en el más allá de la caja negra, y continúan en los pasillos y pabellones de un imaginario hospicio.

Se pone en juego el poder que ejercen los médicos sobre los pacientes, el vínculo entre los internados, sus sueños, dolores de encierro, fantásticas alegrías y sobre todo aparece una latente reflexión: ¿Cuánto sabemos de la locura como enfermedad física? y a partir del vínculo ¿quién está loco, el internado o el que lo interna? o ¿Quizás todos tenemos un grado de locura? Todo es posible en ese mundo y Helena, en tan justa medida, presenta en este espectáculo, una constante evolución.