Consumo

Por: Atilio Tustali

Un brillante material dramatúrgico con interesantes ideas para una puesta que resulta simple, ingeniosa y extra-ordinaria. Una perla de nuestra cartelera.

La actriz, vestuarista, escenógrafa y dramaturga Soledad Galarce presenta su nueva propuesta, a tres años de la última temporada de su anterior material Baja costura, una mirada sobre el contraste entre la moda y los talleres clandestinos.

Consumo es una divertida comedia que da otra fuerte cachetada en la mejilla de la sociedad. Quien más, quien menos, se ve señalado y se reconoce en la compulsión frenética de poseer inútiles objetos.

Poder diferenciar entre deseo y necesidad es una importante herramienta que nos permite ser felices con lo que tenemos y nos aleja de utilizar gran parte de nuestro tiempo tratando de conseguir objetos que sorprenderán a personas que solo veremos por minutos en nuestra vida.

Galarce convoca a un rito macabro, un pacto entre dos amigas que deciden encerrarse, tarjeta y notebook en mano, comprando “on-line”. Por algunos días estarán abstraídas en esta misión, un inesperado y aleccionador final las consume.

Las actuaciones de Melania Lenoir y la propia Galarce son superlativas y troncales para la ingeniosa dirección de Mariano Caligaris, quien además aporta una camaleónica galería de personajes que serán el único contacto que ellas tendrán con el afuera, permitiéndole demostrar un universo de cualidades escénicas.

La obra sorprende constantemente con fascinantes ideas: relieves del texto y herramientas de comunicación que desde la dirección generan metáforas constantes, construyendo una épica irracional, señalando una pulsión de las modernas sociedades huecas, absurdas y adictivas que nos encierran.

La propuesta invita a ser consumida, por cualidades que van desde la calidad y el ingenio a la apabullante simpleza de la lógica.