Warangas

Por: Oscar Damico

El cabaret presentado por reconocidos talentos: bataclanas y cómicos construyen una desopilante noche de martes.

Los tugurios se han caracterizado por hallarse en los subsuelos, en los submundos urbanos. El espacio de un reconocido local de espectáculos y variedades sirve a la perfección para este compendio de geniales y bizarros pensamientos que ha tenido el director, actor y autor Roberto Peloni, a quien también se le puede atribuir la habilidad de seleccionar un puñado de dúctiles actores y actrices con herramientas que encajan perfectamente y manejan el género con gran habilidad, como así también el acierto de poner al maestro Raúl Olivera para los arreglos musicales y ubicarlo en escena con su guitarra junto al pianista Javier Arias.

Esto es un viaje a la Alemania de la preguerra, a una feria de variedades, al antiguo vaudeville parisino, pero sobre todo a una terapia de salud, porque si la risa es sana, esto cura todo.

Es un placer ver en acción al talentoso y premiado Pablo Sultani, al mismo Peloni, a grandes del género como Georgina Tirotta, Julián Sierra, Ana Devin y Celeste Campos, conformando una compacta maquinaria que bombardea con desparpajo a un multitudinario público, que cada noche de lunes asiste a visiones como la mujer barbuda, las insólitas siamesas, una ventrílocua del conurbano, un adivino que no ejerce y un sinfín de números musicales con letra y música original, agiornando el humor e implantando un lugar de culto, como aquellos que aparecen en distintos tiempos y lugares, generando una concurrencia imparable con el boca a boca.

Les recomiendo pasar y asistir a la génesis de un espectáculo que seguramente tendrá modificaciones pero que se mantendrá en el tiempo, que le dará el infinito crecimiento que se produce cuando algo está bien hecho.