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Tienda de cervezas

Cervelar

Por: Inés Molina

En el barrio de Belgrano hay un tesoro escondido. Se trata de Cervelar, un agradable reducto donde se pueden degustar las cervezas más ricas del mundo.

En honor a la verdad existe otro Cervelar, en el bajo, sobre Viamonte.

Pero esta sucursal en pleno corazón belgranense tiene el encanto adicional de ser un lugar casi secreto. Emplazado sobre la avenida Elcano, atrae desde el vamos con su toldito europeo y sus ventanales esfumados.

Adentro parece siempre de noche. La luz es tenue, dorada y sumerge a los parroquianos en una adorable penumbra. Todos son bellos desconocidos que departen en las mesitas de oscura madera. Esta característica lo convierte en un lugar adecuado para tomarse una cervecita a cualquier hora del día sin que los despiadados rayos de sol afecten el ritual.

Atrás hay una prolija repisa, muy masculina, llena de botellitas de cerveza. Tienen muestras de muchos rincones del globo y se pueden comprar en la barra como si se tratara de un almacén.

Al abrir la carta nos encontramos con una variedad tremenda. Cerveza tirada en pintas, envasadas, rubias, rojas, negras, con miel...

Los precios son muy amables, considerando la calidad de las propuestas.

Decidimos empezar con una cerveza muy suave, rubia, patagónica: la Beagle Fuegian Golden Ale. Es muy rica, con un dejo de malta y el cuerpo de lúpulo dulzón. Acompañamos los porroncitos con un bol rebosante de rabas. No sabíamos qué estaba mejor: si la comida –preparada con el nivel de una cocina de autor- o lo que estábamos tomando.

Es que el Cervelar, además, es una opción excelente para almorzar o cenar. La oferta gastronómica es muy variada y no tiene nada que ver con las minutas  hechas al apuro que sirven en muchos sitios de tragos. Bondiola braseada a la cerveza con papas, trucha grillada, son algunos de los menúes, perfectos para una cita romántica. También hay hamburguesas caseras completas y gigantes y tablas originales para acompañar las bebidas cuando se sale con amigos.

Una de estas tablas, desaconsejada para veganos pero realmente exquisita para la gente que come carne es la Tabla Cervelar,  con salchichas franckfurt y kiel, leberwurst, salame de ciervo y jabalí, bondiola de cerdo ahumada, aceitunas, pepinos y queso saborizado.

La noche del martes sigue avanzando, pero en el local parece un sábado. El clima es relajado y tranquilo. De fondo suena un buen jazz.

Decidimos probar la cerveza del estribo: The Mula Ipa, una rojiza bastante amarguita, pero con unos toques de malta acaramelada que ofrecían un juego interesantísimo en el paladar.

Me fui enamorada del Cervelar, con la firme promesa de volver.

 

 

Sucursal Belgrano. Av. Elcano 3385. Tel: 4553-3714.