RECOMENDADOR DE ARTES Y ESPECTÁCULOS

Comedia dramática

Voraz y melancólico

Por: Gustavo Friedenberg

Una nueva propuesta del prolífero Toto Castiñeiras, que exalta su poética singular.   

Fiel a lo que ha constituido en un sello personal que se caracteriza por un entramado a través del que construye dramaturgia, Voraz y melancólico es la más reciente creación del director marplatense. Al entrar en la sala dónde se desarrolla la pieza, el espectador se topará con el pequeño retablo que sirve para contar el cuento, y ya sea por la cercanía con el mismo, la sutileza con que está iluminado, o la estética que le han impreso, la sensación es la de entrar en un universo paralelo, precisamente como entrar en un cuento.

La historia puede resultar familiar pero no por eso menos atractiva; su protagonista: el séptimo hijo varón de una pareja de pueblo; un jovencito melancólico, de pelo en pecho, que teme a la luna llena y que vive con pasión e inconsciencia su primer amor. A ella le dicen La rubia, y si comparte con Lobo un alto componente de ingenuidad e ilusión, condensa en su ser la voracidad como contra cara de una misma moneda, algo que también está en Lobo, y es precisamente esa impureza de carácter la que los vuelve inquietantes. Pero ambos personajes terminan de completarse sólo a través de El niño, porque es en esa construcción que se funde a partir de fragmentos, donde aparecen estos personajes; siendo uno para, con, entre y a través del otro.

Ignacio Torres, Micaela Rey y Santiago García Ibáñez, ejecutan un trabajo técnicamente impecable y a la vez lleno de sutilezas, divertido, sensual y totalmente musical. El vestuario de Daniela Taiana es esencial al relato y simbiótico con la escenografía de Gonzalo Córdoba Estévez y la iluminación de Alejandro Le Roux; la  música es de Juan Ignacio Bianco: el resultado de este gran equipo es una pieza original que invita a imaginar, mientras ostenta la belleza de lo simple

Dumont 4040

Santos Dumont 4040 - Domingo 18hs