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Estrenos argentinos

Ramón Ayala

Por:

El documentalista santafesino Marcos López nos acerca su visión de un mito viviente del folklore.

 

El caso Ayala es extraño. El grueso de la gente lo conoce más por sus canciones que por él mismo. El cosechero, Posadeña linda, El mensú, son temas instalados en el cancionero popular pero si alguien nos pregunta por el autor, ¿qué podríamos decir de Ramón Ayala?

Esta película se encarga de mostrarnos cómo es. Con su estampa única. Documenta cómo se viste, cómo es su casa, su mujer, su fabulosa guitarra, porque el hombre tiene una guitarra de diez cuerdas que puede tocar él solo y que ejecuta con diabólica maestría, como si la hubiera aprendido a tocar en alguna salamanca litoraleña.

El colorido paisaje de sus canciones se ve reflejado en cada fotograma del film, que además de seguir sus andanzas se detiene en la vida de algunos de sus fans, repartidos por toda la Argentina: un empresario, músicos que reversionan sus temas, un misionero en Buenos Aires que se gana la vida vendiendo CDs en los trenes... Cada uno tiene sus motivos personales para seguirlo: a uno sus canciones le recuerdan las míticas tierras de aventura de Sandokán (y de su niñez), a otros les parece un referente del folklore, al tercero le devuelve su Misiones natal, de donde está desarraigado...

El director tiene una mirada muy instalada en el presente, por momentos muy divertida. Se fija en determinados detalles, a veces bizarros (los almohadones de la casa de Ayala, los toallones chinos con tigres pintados de los negocios callejeros de Posadas), los contrapone a la naturaleza viva de la tierra colorada y con esa sobreabundancia icónica construye un universo tan abigarrado y misterioso como las letras de Ramón.

Descubrimos sin forzar el relato que además de compositor y cantor, el viejo maestro es también pintor y poeta. Hay artistas invitados a repasar su obra –Tonolec, Juan Falú, Liliana Herrero, Tata Cedrón- y un registro documental del gualambao, un género emparentado con la cultura africana que el mismo Ayala inventó y ejecuta con pericia.

Y lo mejor, el gran hallazgo de la película: el director Marcos López cuenta la Argentina sin límites. Sus escenas se suceden sin avisar en Misiones, en Once, en la Villa 31 o en el corazón de Buenos Aires. No avisa esos desplazamientos con subtítulos. Pone la cámara, filma y edita siguiendo un relato interior, las huellas de Ramón Ayala sin fronteras interprovinciales. 

Logra así una metáfora hermosa y un poco melancólica de lo que es nuestro país. Todos los ríos dan al puerto, a esta gran ciudad amada y odiada que empieza siendo de paso y termina atrapando para siempre a tantas almas a contramano. Cuenta el camino del mensú que tuvo que emigrar y hoy vive en una villa, pero que tiene a mano las canciones de Ramón para seguir resistiendo.

Estreno en Buenos Aires: 12 de junio. Espacio INCAA KM 0. Gaumont. Rivadavia 1635.

Malba Cine. Av. Figueroa Alcorta 3415. Viernes de junio a las 20.