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17º BAFICI

The Tale of the Princess Kaguya

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En la función de apertura del BAFICI, al aire libre en el anfiteatro de Parque Centenario y con entrada gratuita,  se exhibe esta pequeña joya del cine japonés de animación.

Es difícil lograr que una película animada combine bien el espíritu de lo que se está contando desde el guión con los recursos de animación.

The Tale of the Princess Kaguya lo consigue. Fue realizada con un estilo que recrea el pictórico de la estampa japonesa, aquel de trazos delicados y sutiles que revela con pequeños detalles y difumina lo que no hace falta ver, abriendo una puerta a la imaginación del que lo contempla.

Ese arte del cubilete y la tinta acuarelada es justo el que precisa el relato, una fábula milenaria que cuenta la hermosa y triste historia de una niña hallada en un brote de bambú.

El hombre que corta el bambú decide adoptarla como una hija y se la lleva a su mujer, seguro de que los dioses lo han bendecido y que debe hacer de la niña una princesa, aunque no sepa bien cómo.

Mientras tanto, la pequeña crece muy rápido en su choza y se hace amiga de los niños del bosque, unos pequeños salvajes que retozan libres en medio de la naturaleza. Todo parece ir bien hasta que su padre adoptivo decide llevarla a la ciudad, para tratar de convertirla en alguien de la nobleza.

The Tale of the Princess Kaguya tiene un gran respeto por la cadencia y los tiempos narrativos. El guión, escrito por su director Isao Takahata y Riko Sakaguchi, explora los sentimientos de la protagonista y los animadores los despliegan como en un enorme lienzo, despertando la belleza con cada fotograma. La película está viva porque viven los brotes de bambú, las carcajadas de la princesa, su jardín en la ciudad, las telas de sus vestiduras.   

Como una especie de imitación de los ciclos de la existencia, de a poco el relato se nubla, se hace más invernal, entristece de repente. La vida adulta de la princesa expone temas difíciles, como el rol de la mujer en sociedades patriarcales, el efímero valor de la belleza y el dinero, qué se esconde detrás de los sueños, lo verdadero, aquello que importa, la vida y la muerte como un viaje inminente. Un paseo que llega hasta la luna. Un olvido.

Quiero dejar bien claro aquí que si bien está incluida dentro del BAFICITO, esta película no es para niños pequeños. La recomiendo especialmente para adolescentes y adultos que gusten de los pequeños grandes gestos que se magnifican en una pantalla cinematográfica.

La historia crece como los círculos del agua alrededor de una piedra.  Es un leve soplido que hace temblar el alma.

Clásica pero sin embargo moderna, sintética y bella, pertenece al mítico estudio Ghibli de Hayao Miyazaki. Lleven pañuelos y prepárense a disfrutar de la poesía en su movimiento más puro.

BAFICI. Anfiteatro del Parque Centenario: miércoles 15 a las 20. Acceso gratuito.

ArteMultiplex Belgrano. Sala 1: Jueves 23 a las 19:30.