Drama
Mis tres hermanas, sombra y reflejoPor: Juan José BertolagaUna interesante propuesta de la mano de un creador que utiliza textos clásicos maravillosos y llenos de sabiduría, para contar algo personal, para enseñar un pensamiento humanista que le es propio y coherente con su forma de actuar. A más de un siglo del estreno de Tres hermanas, del autor ruso Antón Chéjov con dirección de Konstantín Stanislavski, el texto se ha transformado en uno de los materiales dramáticos más representados del autor, junto a Tío Vania, La Gaviota y El jardín de los cerezos. La pluma de Chéjov no deja de abonar terreno fértil de aprendizaje social e inspiración para muchos. Marcelo Savignone, a quien, de las obras mencionadas, solo le falta realizar El jardín, ha tomado este material tan lejano a nuestra cultura, porque como artista lo utiliza para contar algo que nos toca de cerca. Por medio de su adaptación nos deja ver y reflexionar acerca de nuestro pasado más reciente y darnos cuenta de cómo somos, de nuestros mitos e idiosincrasias, situándola inteligentemente en la oscura década del setenta y en la actualidad por medio de la duplicación de elenco. Ubica a las hermanas en los años 70 con las actrices Sofía González Gil, Andrea Guerrieri y Belén Santos; en paralelo muestra la actualidad de esas mujeres soñadoras con Mercedes Carbonella, Marta Rial y Merceditas Elordi. El mismo Savignone encarna a el hermano Andrei. De esta manera se potencia enormemente el inevitable paso del tiempo y se observa a los personajes en sus transformaciones y en sus repeticiones a lo largo de los años, haciendo metáfora con nuestras desilusiones, que fueron dejándonos donde estamos, y develando cómo reiteramos errores como sociedad. Esta obra cumple así una de las principales funciones del teatro. Tweet |
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