Door

Por: Yvonne Dover

El fino e inteligente humor del clown George Lewis, referente de la comedia física, deleita semanalmente a una colmada platea que se da cita para llevarse un interesante mensaje y la sanidad de la risa.

Si bien es cierto que para que se produzca un evento teatral es necesario un espectador y alguien a quien mirar, el observado debe tener talento para sostener esa mirada y aquí esto ocurre en un grado hipnótico.

Con mucha habilidad y experiencia el reconocido clown formado en L’Ecole de Mime Etienne Decroux y en la Escuela Nacional de Circo en París, fundador de la escuela Freehold Studio, en la ciudad de Seattle, Estados Unidos, reconstruye el espacio dándole forma, utilidad y sentido cuantas veces se lo proponga sin más ayuda que su cuerpo y una puerta. En el espacio vacío se compone una dramaturgia que va narrando historias, la palabra es usada como objeto, no para trasmitir, sino para señalar, la utiliza como un elemento más, su canal de diálogo con el público son las acciones cargadas de expresividad, cada centímetro de su cuerpo expresa un sinfín de sensaciones que atraviesa en situaciones de las más diversas realidades, de dimensiones inesperadas y con las cuales interactúa, formando metáfora con campos existencialistas, de desesperación o de extrema felicidad. Su capacidad creativa deja ver desde un multitudinario show televisivo a  la más aterradora soledad, todo ocurre cuando él lo propone.

Yanina Frankel dirige, aportando una mirada externa muy alineada al género ya que es el suyo propio: es la intérprete de Ingue, la hermosa alemana judía, que decide cruzar el océano sin emitir palabra en castellano, un homenaje que Frankel le hace a su abuela, luego de una extensa capacitación en el arte de la actuación, el mimo, máscara neutra, bufón y clown. Juntos conforman un dúo creativo imperdible.  

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