El invierno

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Llega a nuestras pantallas la opera prima de Emiliano Torres, galardonada en el Festival de San Sebastián y en el de Biarritz.

La Patagonia está surcada de espejismos. Desierto a la fuerza. Abismo de nieve. Fuera de las casas hay grandes extensiones alambradas y solas. Son de gente que opera en otra parte, que nunca se ve. La tierra no es de los que la cuidan y quizás por eso es afecta a la venganza.

Ese es el tono en donde sucede esta película, la primera de Emiliano Torres. Desde muy joven, Torres se dedicó al guión y a la asistencia de dirección. Formó parte del team de Moebius, aquella mítica película que marcó tendencia en nuestro cine fantástico. Escribió para Daniel Burman.  Trabajó en ficciones europeas. Pero después de un proceso de pensamiento, maduración y búsqueda (no solo interior, sino también de fondos, locaciones y actores) se dedicó a filmar su largometraje inaugural.

La primera sorpresa es que parece que tiene un par de largos encima, por la destreza de la puesta de cámara y la soltura con que encaró la dirección de actores. La segunda es el impactante resultado visual de lo que está contando. Torres pudo con el rigor del clima, con el viento, con los animales que atraviesan la película. Pudo contar con imágenes, pero además esas imágenes son hermosas, contienen, en síntesis estilística, el rigor y la verdad que sostienen el argumento.

Desde los hechos de la Patagonia trágica conocíamos las condiciones de vida de los peones del Sur. Un siglo más tarde la cosa no ha cambiado mucho. Siguen cobrando en negro, conchabados como golondrinas, mal dormidos en galpones sin ventanas, sin condiciones de higiene adecuadas. Todo eso se ve. Pero hay un paso más allá. Se pensó,  además, en contar una historia con suspenso y enganche que integrara todo ese marco.

Con guión del propio director y de Marcelo Chaparro, asistimos a la vida de Evans y de Jara, peones devenidos en capataces. Los dos, en distintos momentos de su vida, deben afrontar el invierno para cuidar una estancia y sus territorios aledaños. Pero la soledad juega malas pasadas.

Cristian Salguero compone, con sus silencios y sus miradas, a Jara, el correntino. Alejandro Sieveking, premiado en Biarritz, es Evans.

Si bien la historia es pequeña, no por eso deja de ser honda. Tiene su gran dinamismo interior y no decae en ningún momento. El elenco se completa con el gran Pablo Cedrón, Adrián Fondari y Mara Bestelli.

El mundo del trabajo, el desarraigo, la locura, la madera de la que está hecho el hombre de nuestros días, todas esas grandes inquietudes discurren, nievan sobre nosotros mientras vemos pasar El invierno. 

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