Música electrónica


 Luna Park

 

Av. Madero 470. Miércoles 23 a las 21.


Kraftwerk

Por: María Guadalupe Cuenca

La agrupación pionera de la electrónica realizará su cuarta visita a nuestro país.


El fin del mundo ya pasó: somos los fantasmas de ese milenio perdido, de esa devastación.

Ese parece ser el mensaje de los Kraftwerk. Y nos vienen lanzando esas coordenadas apocalípticas desde fines de la década del sesenta, a contrapelo del furor Beatle y de las flores contra las armas.

No tienen lengua para hablar. Su voz son los sintetizadores. Su iconografía de spot publicitario de Chernobyl, su cierta estética fascista hacen pensar, subrayan, remarcan la tiranía de los medios, la de los discursos viralizados; es una creativa denuncia a la cultura de masas.

Los Kraftwerk nacieron en Alemania. El nombre quiere decir Central energética. La banda la formaron Ralf Hütter y Florian Schneider en Düsseldorf,  lanzando su primera presentación, de carácter experimental, después de dos años de ensayos y de pensar cómo iban a trasladar los voluminosos sintetizadores que utilizaban.

Su sonido, inconfundible, combina ritmos repetitivos con melodías o lemas, incluso solo palabras sueltas (Hiroshima; Computerworld; Boom; Machine) que remiten a una atmósfera.  Los arreglos son minimalistas. Y cantan ayudados por un vocoder o por un sintetizador de habla, como el que usaba ET en su película.

Kraftwerk fue uno de los primeros grupos en popularizar la música electrónica. Pero nos son meros DJ. Hay un gran espacio para la imaginación en sus temas. Son guiones sampleados con ideas matrices que se desarrollan en los corazones humanos que lo escuchan.

En sus performances, hipnóticas, con pantallas que reproducen colores, destellos e imágenes vintage, la palabra Man parece evocar una tecnología obsoleta.

Son un manual de primeros auxilios ante una catástrofe nuclear. Son la propaganda del mundo del progreso sin límites. Su música de máquinas es una señal de SOS transmitiendo en el espacio.

Se presentan en un espectáculo multimedial 3D que merece ser visto. Tienen su propio mundo, ese del pasado que pega la vuelta. La tecnología del futuro que pasó. El automatismo de ciertas tiranías que se vienen. Son una obra de arte en vivo.

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