Estrenos argentinos


 

 

Estreno en Buenos Aires: 1° de diciembre.

BAMA: desde el viernes 2. Malba: Viernes 2 a las 24.

Desde el 15 de diciembre también en Espacio INCAA Gaumont.


La Noche

Por:

Después de su resonado paso por el último BAFICI, y luego de atravesar varios festivales, esta película única en su especie se estrena en salas comerciales. Solo para público adulto.


Está cobrando fuerza la realización de argumentales con formato documental: mucha elaboración,  ausencia de un guión a la manera convencional, situaciones espontáneas que son aprovechadas en la narración.

En el caso de La Noche existe esa impronta, con el plus de sumarle una dinámica de teatro off, con un laboratorio de actores no profesionales.

Para hacer esta película, su autor Edgardo Castro (guionista, director y también protagonista) trató de registrar la noche de Buenos Aires vista por un solitario.

Este hombre, paradójicamente, nunca está solo. Se la pasa saltando de cuerpo en cuerpo, teniendo sexo con hombres, mujeres, trans, de a dos, en grupo, amenizando todo con unas buenas líneas de merca.

En el metraje se ven miembros masculinos, desnudez extrema, prácticas que pueden resultar chocantes para el gran público. Como espectador, se siente primero una suerte de descenso hacia lo sórdido, más aún enmarcado por el ambiente en donde se mueve la historia: pools perdidos de Once, telos con ventiladores de techo, duchas llenas de sarro, baños públicos.

Pero, luego de aclimatarnos en este devenir, distinguimos algo valioso: la búsqueda de este ser solitario. Tanta confusión de cuerpos y de mentes nos terminan enfocando en una serie de preguntas: ¿Qué hacer cuando estamos solos?  ¿Cuánto pesa tanta humanidad sin compartir? ¿Por qué a veces no alcanzan ni las lágrimas, ni el vómito, ni las palabras?

La Noche habla de esos misterios del alma.

Ese personaje noctámbulo tiene ganas de llegar al fondo de la vida para arrancarle su secreto, buceando en otros cuerpos, buscando el  tesoro que yace enterrado allá abajo.

La Noche está muy bien filmada, con un espacio grande para la poesía. Es como un sueño lúcido, con tomas desafectadas, no buscadas desde un pensado guión técnico, sino nacidas del acaso y de la necesidad de contar.

Está impecable también desde el aspecto sonoro. Esa nube de sonidos que nos traen el perfume de una ciudad que vive por sí sola.

El director se luce prestando su cuerpo para sostener esta historia en todo momento. Seduce con su hermosura desangelada, con esa anatomía de la vida real que comparte también el resto del elenco.

Un párrafo aparte merece Dolores Guadalupe Olivares, la hermosa chica trans que termina asumiendo el protagonismo. Su soltura frente a la cámara, su infinita tristeza, su decisión de ser ella misma contra viento y marea, son sencillamente conmovedoras. Ha logrado un gran trabajo.

Acá no hay gimnasio, ni música romántica, ni fundidos a negro. Acá hay cumbias en fonolas, luces chinas de colores, telos con sábanas percudidas y relavadas.

Pero también hay una historia de amor, pequeña, desesperada, casi imperceptible como una nube de polvo que se deshace en contacto con el primer sol.

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