La valija de Benavídez

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Se estrena la película de Laura Casabé que promete un sobresaltado viaje por el mundo interior de un artista, en clave de terror y de sátira.

Si hubiera que enumerar razones para ver La valija de Benavídez empezaría destacando su elencazo. Jorge Marrale y Norma Aleandro cubren algunos de los roles principales.  Guillermo Pfening interpreta al protagonista, ese Benavídez que lleva la pesada valija del título.

Otra razón sería que el guión está basado en un cuento de Samanta Schweblin, joven escritora que sorprende por su poder de observación y su truculencia escondida.

Está dirigida por una mujer, Laura Casabé, que supo interpretar ese universo retorcido de la Schweblin para amplificarlo con pelos y señales, añadiéndole mucho de su sensibilidad y hallazgos de su propia cosecha.

Está producida por Magalí Nieva, una inquieta y siempre presente hacedora del nuevo panorama de nuestro cine.

¿Y de qué va la película? La anécdota es simple: un artista plástico discute con su mujer, que también es pintora, y abandona su casa con su valija a cuestas. Va a parar a la mansión imposible de su psiquiatra, un inquietante hombre que ama las artes pero sangra a los artistas.

Hay un rico mundo para explorar en esa pequeña historia: se produce aquí una especie de sátira surreal en donde se interpela al espectador acerca de la función del arte, del valor de un artista, y se plantea en qué consisten las categorías que incluyen una realización o acción cualesquiera dentro de ese limbo sagrado.

Toda persona que se dedica a la creación sabe que para acceder a esa fuente secreta que guarda en el corazón tiene que atravesar un laberinto. En este caso, el laberinto está presente en la pantalla. La lograda dirección de arte, premiada en el Buenos Aires Rojo Sangre, también es una buena razón para ver esta película en el cine.

El elenco se completa con las buenas actuaciones de Paula Brasca y Alejandro Parrilla.

Lo snob, lo angustiante, el delgado borde entre el talento y el afán de comercio y los problemas no resueltos con un padre dan pie a una monstruosa obra de arte. Recomendamos que no se la pierdan.

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