Arte brasileño


 Malba

 

Av. Figueroa Alcorta 3415. Sala 5. Nivel 2. Tel: 4808- 6500. Hasta el 26 de febrero.


Antropofagia y Modernidad

Por: Marta Cotty

Con la curaduría de Victoria Giraudo, se exponen obras del acervo más completo del patrimonio cultural del país vecino, la Colección Fadel.


El Malba ha tenido una temporada colmada de aciertos. Para comenzar con buen pie el 2017, continuará ofreciendo este recorrido por el arte brasileño y su evolución encarnada en sus principales artistas, teniendo como marco el siglo XX.

Antropofagia y Modernidad propone un pantallazo a través de la Historia del Arte en general y del desarrollo particular que alcanzaron los principales movimientos modernos en territorio brasilero.

Incluye pinturas, dibujos, esculturas y objetos de artistas centrales como Anita Malfatti, Tarsila do Amaral, Cándido Portinari, Emiliano Di Cavalcanti, Víctor Brecheret, Maria Martins, Lygia Clark, Geraldo de Barros, Waldemar Cordeiro, Iván Serpa, Willys de Castro, Antonio Días, Rubens Gerchman, Hélio Oiticica y Anna Maria Maiolino, entre muchos otros.

La exposición está ordenada de manera cronológica. Comienza con tímidos amagues del modernismo en las primeras décadas. Continúa acopiando la doble condición de Brasil como visto por otros, esa tierra de promesa y jungla exótica, mezclada o enfrentada con una realidad de industrias que enajenaron con deseos de progreso y civilización; hay exponentes de la abstracción de los años cincuenta, y luego una sección de arte figurativo, pequeñas instalaciones y objetos que ya rozan nuestro panorama contemporáneo.

Lo poderoso de esta muestra es que se puede reconocer claramente el proceso de una búsqueda de identidad.

Brasil, como muchos de nosotros, países latinoamericanos, tiene el eterno conflicto de dirimir una autonomía cultural. De encontrar su propia voz, atravesada por las contingencias de su historia, los imaginarios paradisíacos que se empeñan  en instalarle una faz de alegría tropical, forzada en una realidad que siempre es otra, multifacética y compleja.

En los cuadros montados para la exposición hay acuarelas que pintan un mar clamo. Hay exuberantes formas de la selva. Hay negros, hay pobres, hay futebolistas. Paisajes pintoresquistas, el amague de una industria cultural, la constante lucha entre la naturaleza y Brasilia.

En esa aparente dicotomía de civilización y barbarie (¿les suena conocido?) se mueve el arte brasilero. Denunciando las falencias de sus gobernantes (son muy fuertes y expresivos los objetos de Pedro Escosteguy, como Fuerza popular, de 1966, que presenta ametralladoras  protegiendo una urna de votos), sosteniendo la idea de una única religión, describiendo geografías y etnias.

Las piezas dialogan con las de la Colección Malba, completando un círculo. Herencias raciales, modas, influencias europeas y un clamor por encontrar la propia expresión. Recomendada.

> COMERCIAL
> DISTRIBUCIÓN
> EDICIONES ANTERIORES