Hipnotismo


 

 

TranZe

Por: Sebastián Tabany

Un show de hipnosis sobre la calle Corrientes trae calidad y le devuelve el buen nombre a la disciplina bastardeada durante años.


Un show de hipnosis sobre la calle Corrientes trae calidad y le devuelve el buen nombre a la disciplina bastardeada durante años.

 

El término hipnosis fue acuñado por el medico escocés James Braid por el año 1841, cuando desechó la palabra mesmerismo, derivado del alemán Franz Mesmer.  Braid creía que la capacidad de inducir al sujeto en un trance profundo derivaba de un mecanismo físico-psicológico de las personas. En esa época los shows de magia fueron incorporando esa disciplina, dando luz a la rama del mentalismo, una prima hermana de la hipnosis.

Unos cien años después el hipnotismo ha estado presente en actos mágicos, pero desafortunadamente ha sido abusado por personas que han preferido evitar la palabra entretenimiento y se han autodenominado seres con poderes sobrenaturales capaces de curar enfermedades y de manipular a las personas. La delgada línea moral en el acto de la hipnosis no ha resultado en un buen nombre para la disciplina.

“Todo lo que aprendí de hipnosis, lo leí en el Tarbell”, declara Aryel. El joven hipnotizador traza la diferencia entre sus antecesores y él. Su show, TranZe, es un show de hipnosis pero al citar a Harlan Tarbell (quien le dio el nombre a un curso de magia de ocho tomos en los 20, considerado una de las biblias para los ilusionistas) nos da la seguridad y la desmitificación de que no posee poderes sobrenaturales y de que su show es eso, un show.

Antes de comenzar con la hipnosis de los participantes, voluntarios todos, Aryel explica claramente lo que vamos a ver: nadie puede ser hipnotizado si no quiere y no se lo puede obligar a hacer nada en contra de sí mismo. Su spiel es a favor del entretenimiento y en contra de los que durante años prometían curar enfermedades o hacer quedar en ridículo a los voluntarios. Porque TranZe se ubica en la periferia de la magia, en el mentalismo y en el vaudeville de los grandes ilusionistas de fin del siglo XIX. Aryel habla claro y de forma reconfortante y su espectáculo lo tiene a él comandando con seguridad y profesionalidad a los participantes, cuyas actividades comienzan con sugestiones simples hasta lograr una mancomunión casi etérea, apoyada en la luz azulada del escenario desprovisto de escenografía. Desde la butaca, se ve que Aryel domina la disciplina: una mezcla de relajación, sugestión, presión social y engaño deliberado, y nos entrega un entretenimiento honesto y respetuoso.  TranZe está construido de forma inteligente como para que una vez finalizada la función, el miembro del público que no fue voluntario y se quedó en la audiencia, se anime a experimentar lo que ha visto. Doble mérito para Aryel: lograr que el público vaya dos veces a su espectáculo.

Laverno Bar. Av. Corrientes 1632. Domingos a las 21.

www.alternativateatral.com/obra27083-tranze

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