El cuidador

Por: Nicolás Chiesa

Pinter por Alezzo. Los nombres propios son elocuentes: una propuesta artística imperdible en El camarín de las musas.

Pinter por Alezzo. Los nombres propios son elocuentes: una propuesta artística imperdible en El camarín de las musas.

 

Ocurre por estos días en la cartelera porteña: se presenta una obra de Harold Pinter dirigida por Agustín Alezzo. Aquellos que están empapados del mundo teatral ya entienden. Para quienes bucean estas páginas en busca del evento artístico a descubrir, se puede ampliar: Pinter, activista, pacifista, fue el principal autor británico de la segunda mitad del Siglo XX y ganó el Nobel de literatura en 2005. Agustín Alezzo es uno de los mejores directores del teatro argentino: con cuarenta y cinco años de trayectoria su pulso saca el mayor jugo expresivo de las obras que escoge.

Esta vez Alezzo ha optado por El cuidador, una de las primeras obras de Pinter, recién transformada en clásico tras años de respuesta esquiva del público inglés. Algo entendible: se trata de un texto complejo, realista pero de atmósfera enrarecida. Estrenada en 1959, la obra asoma como la comprensible superación del universo kafkiano. En Pinter, la ficción ya no precisa de lo extraordinario para gritar que la existencia del hombre es algo sofocante.

Santiago Caamaño y Federico Tombetti dan vida a dos hermanos de personalidad antagónica que reciben en una habitación caótica (sobrecogedora escenografía de Marcelo Salvioli) a un vagabundo, interpretado con maestría por José María López. Alezzo otorga a los diálogos el sitio exacto para que afloren temas como la sensibilidad, la lástima y la manipulación. Así las palabras cobran vida y el texto se transforma en cuestionamiento humano: el rol que siempre debía ocupar el teatro, según Pinter.

Quienes compartan esta mirada, tienen una cita impostergable.

 

El Camarín de las Musas. Mario Bravo 960. Tel: 4862-0655. Sábados a las 22; domingos a las 18.

www.alternativateatral.com/obra30609-el-cuidador

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