Vivitos y coleando

Por: María Simon

Sobre el escenario del mítico teatro El Picadero, ha desembarcado la magia de Hugo Midón y Carlitos Gianni, un haz de luz sobre la ciudad y un portal al mundo de la mejor fantasía para quienes deseen viajar hacia la felicidad.

A veintiséis años de su primer estreno en el Teatro Metropolitan, los originales, Carlos March y Roberto Catarineu, tienen el honor de sumar al escenario a la talentosa Laura Conforte, quien toma el lugar de Andrea Tenuta en esta versión, y cristalizan el reencuentro del público con uno de los clásicos midonianos de todos los tiempos. Los sábados y domingos llegan infantes representantes de todos los barrios de esta ciudad para ver en vivo aquello que sus padres les contaron, a escuchar las canciones de uno de los repertorios, junto con el de Maria Elena Walsh, que forman parte activa de su infancia.

Vivitos y coleando tiene letras llenas de elevados valores, propios de su autor, quien mostró gran sentido del humor a la vez que inculcaba la necesaria crítica social, atado inseparablemente a los popurrí de ritmos, verdadero abanico de estilos musicales bellamente combinados por Gianni.

Piensen en sacar entradas con anticipación porque el éxito de esta recomendación es superlativo. El teatro atiborrado de emociones, estalla a medida que van sonando los clásicos como Brocha gorda, El cepillo dental, Me pongo los zapatos y tantos otros que se van sucediendo entre los efectivos sketch  dirigidos por Manuel González Gil, protagonizados por los payasos Rocat, Camar y Lauco, seguidos por Julián Pucheta, Flavia Pereda, Rodrigo Cecere y Vicky Barnfather, quienes conforman un gracioso y colorido ensamble que convoca la risa permanente en cada función. El diseño de vestuario de Mónica Toschi y el diseño escenográfico de Jorge Ferrari, aportan la magia que el espectáculo requiere, hoy al igual que entonces. Imperdible.

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