El Extranjero

Por: Luis Enrique Medina

Dentro del espacio en que se encuentra una de nuestras hermosas cajas negras, podemos disfrutar de exquisitas propuestas.

La felicidad que sentimos los porteños, disfrutando de una de las carteleras mas fértiles del mundo, se debe a los intrépidos artistas que tenemos, al público que responde a una propuesta de más de 400 obras al año y a los oníricos personajes que deciden emprender la inestable tarea de fundar un teatro.

Esta maravillosa actividad requiere “espacio físico más intención social”, un fenómeno que se produce al contar con una sustanciosa cantidad de personas que ingresa a un lugar a querer creer que lo que se ve es verdad, cuando está previamente establecido que será ficción, transformándola en una de las actividades más extravagantes que hace la sociedad.

Dentro de las seductoras propuestas que hacen las salas para captar al espectador, además de una interesante curaduría de espectáculos, es ser buen anfitrión, acción que ha llevado a sumar el rubro bar en infinidad de espacios.

El Extranjero cuenta con un interesante sitio de extravagante aspecto, en el que se pueden encontrar objetos en posiciones y ubicaciones muy extrañas, siempre que lo visito, me viene a la memoria la descripción que Horacio Ferrer hace del mágico bar talismanero de María de Buenos Aires, donde en cada botella, cabe un río; y al fondo de ese río hay otro estaño; allí donde una balanza pesa el tiempo de datos que el destino fermenta tras sus representaciones. Detrás de ese estaño, están los puñados de convites que Lukas, su anfitrión, ha ideado para demoler en la espera solitaria o en grupos que se pegan a las mesas saboreando la diversidad de tragos, cervezas artesanales y buenas etiquetas de vinos para disfrutar de sabrosas, cargadas e incómodas porciones de pizzas, picadas de diversos productos de tradición y naturales, papas rústicas y otras tentaciones para saborear. A esta lista se suman una extensa lista de té con variedades de blends y el característico café infaltable en un bar.

Por ahí pasan personajes, personalidades y en especial gente linda, como se le dice a aquellos que están en el permanente afán de la cultura, del saber y la diversión en diversidad. Cuando elija una obra del lugar, llegue con el tiempo suficiente para conocer una parte de esta ciudad, que está allí adentro.