Restaurante El Picadero

Por: Álvaro Suarez Onzué

Las callecitas de Buenos Aires tienen ese… qué se yo. Dentro de la manzana rodeada por Corrientes, Callao, Lavalle y Riobamba hay un oasis bien porteño llamado Pasaje Discépolo, y en el centro del oasis, un manantial.

El Picadero es sin lugar a dudas el teatro más romántico que tenemos, por su historia y por su presente. Una variada y convocante cartelera da cuenta de su buena estrella, pero la intención del lugar va mucho mas allá de ofrecer buenos espectáculos.

El espacioso recinto posee un gran restaurante con una extensa y completísima barra, con tragos de autor, cerveza tirada y vinos de variadas bodegas, muy recomendable, dirigida por el barman Ariel Cáceres.

El atractivo principal del restó, es la inventiva del equipo que lo dirige y a partir de allí el público disfruta de las constantes novedades. Fernando Palleiro y Ezequiel Mansilla son muy creativos y de una imaginación marcadamente artística.

Se dieron cuenta de que la gente que va al teatro desea permanecer en el sitio y disfrutar el lugar. Les ofrecen una carta distinta cada noche, cuyo éxito radica en presentar cinco o seis opciones que cubren todos los estilos alimenticios y fundamentalmente a muy bajo precio.

La clave son platos abundantes, con ingredientes que mantienen un estándar elevado de calidad. Hay toques gourmet, comandado por un valioso equipo al mando de la chef y jefa de cocina Narda Guzmán. El sub-jefe de cocina es Ignacio Klein, su ayudante es Luis Peralta y la pastelera Claudia Ojeda.

Ellos desarrollan, cada noche, infinidad de propuestas en medio de un clima de diversión y sincronicidad que hace posible la buena y ágil atención de quienes están en escena, aquellos que reciben al público y atienden el salón. Los stewards son Romina Bejarano y Silvio Mensegue.

Entre las especialidades con las que se puede contar, están las croquetas españolas, los ñoquis de ricota con mollejas crocantes, las tortas veganas, el tapeo armenio, el salmón en croute con vegetales salteados y pesto de rúcula, y también una variedad de deliciosos postres.

Quisiera que se sepa que cuando digo menú económico, es realmente económico.

El fijo cuesta $120 por persona e incluye plato principal, copa de vino, postre y café.

Esta es una recomendación con muchas características positivas. Pruébelo a la salida de una obra o en salida con amigos.