Ingue

Por: Oscar Damico

Con un lenguaje universal, Ingue muestra el desarraigo y la llegada a su nueva patria, brindando un espectáculo de humor sobre un tema que nos es común a la gran mayoría de los argentinos.

 

Con un lenguaje universal, Ingue muestra el desarraigo y la llegada a su nueva patria, brindando un espectáculo de humor sobre un tema que nos es común a la gran mayoría de los argentinos.

En su extensa trayectoria en el género, Yanina Frankel ha participado de tanta propuesta de humor como pueda imaginarse, ubicada en diversos puestos de trabajo, tanto como actriz, directora, docente o autora, esto le brinda una experiencia que sumada a la infinidad de herramientas escénicas que maneja, hacen de ella una artista muy completa.

Además posee una llegada al público pocas veces experimentada, cada gesto de su cuerpo muestra intenciones claras y las usa con ingenio para contar la historia de Ingue, una dulce mujer abocada a tareas domésticas que es atravesada por la segunda guerra mundial. En medio del sopor y la desolación mostrados tan sólo con la ayuda de una sirena que la apura y la satura hasta el hartazgo, decide huir, emigrar, como lo hizo la abuela paterna de la actriz, a quien dedica este trabajo.

El único contacto con el destino es un teléfono que funciona mal y por medio de él supone que su familia se encuentra en el sur del mundo, un lugar llamado La Pampa, y allí es donde comienza la odisea de Ingue, un personaje fácil de amar, una de esas historias que posee cualquiera de nuestras familias, esas de desarraigo, emigración, encuentros, caminos de espinas y nuevos vínculos por hacer.

Para este trabajo, Frankel produce un encuentro con Darío Levin, quien la ayuda con la realización del guión y la dirección. Juntos encuentran el punto justo para armar este espectáculo al que sólo le queda un mes en cartel, por lo que les recomiendo reservar ya, porque se agota con facilidad.