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Estrenos argentinos

Al desierto

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Llega a nuestras pantallas la película de Ulises Rosell que tuvo su estreno oficial en San Sebastián.

Comodoro Rivadavia es un lugar complejo. Hay una gran concentración de dinero en la ciudad, por el negocio del petróleo. Pero es un sitio cercado por el viento y el desarraigo.

También hay un casino. A ese centro de diversión hundido en medio de la Patagonia llega Julia, en pos de un trabajo temporario que apenas si le da para el alquiler.

En un descanso conoce a Gwynfor, un trabajador de boca de pozo descendiente de galeses. El hombre, rubicundo y de pocas palabras, le ofrece un puesto en las oficinas de la petrolera que lo contrata.

Julia acepta, pero el camino a ese empleo prometido se hace demasiado largo.

El desierto los circunda. Para los dos comienza otra vida, en donde se ponen en juego  relaciones de dominación y de abuso, de poder y de fuerza, de inteligencia, de compasión.

Metáfora de las cautivas que los pueblos originarios tomaban de la población blanca, como objetos, Al desierto es también una analogía de la pareja, de la sujeción que implica organizar la vida junto a otra persona.

Sus imágenes son bellas y poéticas, el director fotografía como nadie esas laderas, esos cerros mudos y aparentemente hostiles que encierran un hogar si se lo busca bien.

Es un viaje al corazón de la tolerancia, al conocimiento de los propios deseos puestos ahí, desnudos, a la intemperie.

Las actuaciones son tremendas. Valentina Bassi es una gran actriz y aquí revalida sus laureles. Su Julia es frágil y astuta, animal hembra, mujer dolida por lo que deja y que descubre que todo lo que necesita quizás resida en ella misma, en ese cuerpo lacerado por el miedo y la sed.

Jorge Sesán conmueve y despierta inquietantes sentimientos con su Gwynfor, amargo príncipe sin reino, lacónico y seguidor de sus pulsiones, capaz de la ternura.

La película es un poema ambulante. Crudo, hace pensar en el rol de la mujer en esta sociedad, sugiere la revisada que se debe el género masculino ante conductas crueles y atávicas. Su guión, sutil y delicado, repasa las interacciones entre un hombre y una mujer, desde el Génesis, en la búsqueda de un paraíso perdido, tratando de recordar para qué nos necesitábamos.

Hermosa fotografía, hermoso el diseño de sonido y las actuaciones secundarias, entre las cuales se destaca, cuando no, el gran Germán de Silva.

El elenco se completa con José María Marcos, Gastón Salgado, Titillo Aguilar y Yenifer Giorgi. Recomendada.

 

Estreno en Buenos Aires: 30 de noviembre.