Paraty

Por: Lucho Gutiérrez

La obra pone las prioridades en su lugar, los desajustes de progenitores y el debate entre su independencia y su responsabilidad.

Con este material desembarca en la cartelera de nuestra ciudad Lukas Bärfuss, uno de los autores contemporáneos de origen germánico con mayor resonancia en el globo.

La elección del material parte de las directoras Cecilia Bassano y Carla Pantanali Sandrini,  jóvenes representantes del arte teatral local.

La primera hace la traducción y posterior adaptación.

La segunda comparte escena con Pablo Caramelo y Julián Infantino.

Ambas lograron un minucioso trabajo de dirección, que es el punto sobresaliente del espectáculo, no solo haciendo un brillante trabajo de dirección de actores, sino que además, esa labor mantiene en cada segundo del proceso a la platea al borde de la butaca, logrando que el espectador no se sienta un simple voyeur, sino que tome partido en un juicio a los valores que posee la sociedad actual, una disputa entre el individualismo de los adultos con su constante sensación de “ahora o nunca” a la que la modernidad lo incita y su rol en la especie humana al abordar la responsabilidad de ser padres y traer un ser a este mundo.

El material dispone tres actores en escena: Padre y madre, en proceso de divorcio, con el conflicto que les trae el no tener la posibilidad de estar con su hija en el próximo fin de semana. Cada uno posee compromisos impostergables. El tercer personaje se hará cargo de la niña a un alto costo.

La obra no posee golpes bajos, las impecables actuaciones de Caramelo, Pantanali Sandrini e Infantino exponen el conflicto con gran precisión, dando al espectador un claro orden de prioridades, poniendo el tema en primer plano, con un despojado dispositivo escénico con firma de Magalí Acha y Vanessa Giraldo, hábilmente resaltado por el diseño de luces de Matías Sendón.