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Bodegón

El Puentecito

Por: Pedro Monti

Esta bendita ciudad tiene historias y sitios que valen la pena conocer y transitar, este es el caso de este restaurante de Barracas al Sud.

Allá, por la época de la fundación, el río Matanza dividía marcadamente la zona portuaria -hoy La Boca-, del Fuerte y alrededores, pero el tránsito de aquí para allá era fluido, porque para salir de la ciudad hacia el sur o para ir a ofrecer mercancías a los barcos que atracaban se tenía que cruzar el río, que no siempre venía pando y dejaba un cruce fácil. Aunque fuera carreta de rueda grande había que esperar que amaine el caudal del agua. Entonces era momento para, como se decía, desensillar hasta que aclare. 

Los gauchos mateaban, se juntaban alrededor de un fogón y así se formó la primer matería de la zona, alguien que esperaba y vendía algún bizcocho.

El lugar se fue haciendo paradero y con el tiempo pulpería. La zona se fue poblando, el Fuerte se transformó en aldea y el lugar seguía albergando a los que esperaban que el río bajara.

Hoy sigue estando aquella construcción, que quedó más baja que las que la circundan. El Puentecito fue la única pulpería que se transformó en restaurante sin haberse demolido y vuelto a hacer. Se nota bien el paso del tiempo y la tierra que se fue acumulando en la calle que quedó en altura.

Adentro la comida es tradicional, porteña y de muy buena manufactura, porciones abundantes con productos frescos y de calidad. Aquí se juntan los obreros con los presidentes, varios de los que hemos tenido han sido habitúes del lugar. Solían decir que Sarmiento llevaba comitivas extranjeras a cenar allí. El mismo Raúl Alfonsín, en los 80, entraba por la puerta del costado y se sentaba muy tranquilo, con vista al fondo para no ser molestado.

De los platos, mi preferido son las rabas a la romana. La porción es abundante y son cortadas muy anchas. Las pastas son caseras, muy frescas y las acompañan una gran variedad de salsas.

De más está resaltar los tamaños generosos de las porciones, el plato es grande y sin embargo la milanesa de ternera sobra para los lados, su versión a la napolitana es otro de mis preferidos.

El bife de chorizo tiene medio kilo, como en época de vacas gordas. La casa brinda una importante variedad de etiquetas famosas y de las que se ven una sola vez, ahora llamadas bodega boutique.

A la hora de los postres hay gran variedad, pero mis preferidos y más recomendables son los panqueques con dulce de leche casero.

El lugar sigue estando ahí, en Vieytes y Luján.

Si quiere ir y no tiene tiempo porque anda apurado, no se haga problema. El Puentecito lo espera, ya va a ir y no va a dejar de volver.

El Puentecito

Vieytes 1895. Tel: 4301-1794. Abierto de 12 a 01.