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Cocina porteña

Lalo

Por: Ernesto Boufard

Un clásico porteño para disfrutar de la mejor cocina tradicional, con precios amigables y atención inmejorable. Una opción para apuntar.

Se podría decir que la cocina porteña está formada por un popurrí de minutas, buena parrilla, pastas, pescados y mariscos, arroz y alguna que otra comida parecida. Es lo que quedó al tratar de acrisolarnos las diversas comunidades que dieron origen a nuestros sabores, los de esta ciudad.

Un lugar especializado en conformar paladares porteños es Lalo.

Aquí  se encuentra el plantel de los mozos más experimentados de esta ciudad, son herederos de aquellos de las cantinas que estaban instaladas en la zona de teatros, y que desde hace mucho tiempo atrás ya recibían a famosos después de las funciones, y a los espectadores de la calle Corrientes, como era el caso de Bachín, que se encontraba en este solar. 

Su historia está atada a este Lalo. Sus paredes están forradas de recuerdos de esta tradición, que ha dejado infinidad de cuadros, fotografías de nuestros ídolos populares autografiadas y otros fetiches.

Es un local que conserva la tradición, un punto de reunión de elencos en celebraciones especiales, de amigos y familias.

Toda el menú es recomendable, hay algunas exquisiteces propias, que son como la comida de casa para quienes lo frecuentan, como las rabas para una rápida entrada o las croquetas de acelga, mientras se espera el plato principal. La carta es larga, como un vestidor con mucha ropa, se tarda en decidir. Tengo mis preferencias y recomendaciones, como el bife de chorizo, un clásico del lugar: para mí, es donde mejor lo hacen. O las pastas caseras con salsas tradicionales y cargadas. De esta parte, los malfatti con salsa comarca andina es otra de mis debilidades. El arroz con mariscos siempre está a punto, es muy difícil de conseguir esa consistencia en un restaurante, verán que cada vez que regresen podrán variar y todo es especial.

Otro punto alto es la cava, una gran selección de etiquetas tradicionales aportan la compañía perfecta a cada plato.

Podría hablar durante largos párrafos engalanando de adjetivos a este recinto, pero me parece que lo mejor es que se acerque a la esquina de Sarmiento y Montevideo y experimente por usted mismo las bondades de este Lalo, que seguro elegirá otra vez, cada vez que pueda. Incluso si necesita un lugar al mediodía, investigue su menú ejecutivo y disfrutará de un placer singular.

Lalo

Sarmiento y Montevideo.