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Danza

Coreomanía: No puedo parar

Por: Amalia Di Gregorio

La coreomanía, danzamanía o enfermedad del baile fue un fenómeno social que se produjo en Europa entre los siglos XIV y XVII. La manía afectó a hombres, mujeres y niños, que bailaron hasta derrumbarse de agotamiento.

En 1518 una mujer salió de su casa y empezó a bailar. Detrás de ella, una multitud se unió y no pudo dejar de moverse. En febrero de 2017 la directora Josefina Gorostiza fue convocada por Maruja Bustamante para participar del ciclo Dans del Centro Cultural Rojas. En marzo, dijo “vamos para adelante, tenemos dos meses y medio. Es kamikaze”. En julio, estrenó Coreomanía con la sala Cancha explotada de gente.

La pauta de la propuesta fue generar deseo de bailar en el espectador. Y eso es lo que hizo con maestría la potente coreógrafa y directora que lleva hasta el límite todo lo que hace. Bailarina extrema en La Wagner, directora e intérprete en Paraje Das Unlheimich y Una de vampiros, Josefina plantea siempre una intensidad minuciosa. Sus obras están dotadas de una vida inagotable. Tan inagotable como la energía de los intérpretes que dejan casi hasta su propio pulso en esta marathon donde la forma de correr es danzada.

Mauro Appugliese, Victoria Delfino, Carla Di Grazia, Nicolás Goldschmidt, Juan Manuel Iglesias, Antonela Pereyra y Mauro Podesta se desalman en escena siguiendo la fuerza del beat de Facu KchiHomeless. Como un Dios posmoderno, él los mira desde el fondo, brillando con cada uno de los temas pegadizos. Ellos bailan con el pecho, la pelvis y las rodillas. Con todo junto y descontrolado, iluminados por Sebastián Francia, son estrellas pop, son Britney en los noventas, son venas antes de estallar. No dejaría de exponerme al contagio de esta epidemia. 

Teatro Motropolitan

Av. Corrientes 1343 - Miercoles 20:30h